Al menos 202.354 personas han muerto y más de un millón y medio han resultado heridas desde el inicio del conflicto en Siria a mediados de marzo de 2011, informó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Entre las víctimas mortales, al menos 63.072 eran civiles, de los que 10.377 eran menores de edad y 6.603, mujeres.

En el bando opositor al régimen, al menos 37.324 combatientes de facciones rebeldes perdieron la vida, entre los que había 2.486 desertores de las fuerzas gubernamentales.

Además, al menos 22.624 militantes extranjeros de grupos yihadistas como el Frente al Nusra -filial de Al Qaeda en Siria-, el Estado Islámico (EI) y las Brigadas Yund al Aqsa fallecieron en el conflicto. Entre ellos, hay americanos, australianos, europeos, asiáticos y árabes.

En las filas del régimen sirio, al menos 76.223 personas perecieron: 44.237 miembros de las fuerzas regulares, 29.974 milicianos civiles progubernamentales, 624 integrantes del grupo chií libanés Hizbulá y 2.388 militantes de organizaciones chiíes extranjeras.

A estos muertos se suman al menos 3.111 personas de identidad desconocida.

El Observatorio explicó que ha documentado las víctimas desde el 18 de marzo de 2011 hasta el 1 de diciembre.

La ONG no descartó que la cifra de fallecidos pueda ser superior porque al menos 80.000 personas podrían haber muerto en choques entre facciones islamistas y contra el régimen, pero debido al secretismo de las partes y la dificultad de acceder a determinadas zonas de Siria no lo ha podido verificar.

El Observatorio recordó que en este saldo no incluye a los más de 20.000 desaparecidos en prisiones del régimen, ni a los 9.000 efectivos gubernamentales capturados o secuestrados por organizaciones armadas islamistas.

Tampoco ha incorporado a este recuento los 4.000 civiles y rebeldes raptados por el EI, ni los 1.500 miembros de grupos islamistas, kurdos y yihadistas que han sido hechos prisioneros durante los enfrentamientos entre facciones en Siria.

El pasado 16 de octubre, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Zeid Ra'ad Al Husein, anunció que la cifra de muertos en el país árabe había superado los 200.000 desde el comienzo de la contienda.