"El año pasado, cuando nos reunimos aquí (...), cuatro millones de sirios  necesitaban ayuda y había 700.000 refugiados (...). Hoy, la mitad de la población siria, cerca de 9,3 millones de personas, necesita ayuda humanitaria  urgente, y casi la mitad son niños". Este fue parte del sombrío balance que el secretario general la ONU, Ban Ki-moon, hizo ayer durante la segunda Conferencia Internacional de Donantes para Siria, realizada en  Kuwait, donde los países y  organismos internacionales asistentes  prometieron una ayuda de US$ 2.400 millones. Aunque la cifra es inferior a la meta propuesta de US$ 6.500 millones para los próximos seis meses, resulta mayor que los US$ 1.500 millones prometidos en una reunión similar celebrada el año pasado, de los que la ONU afirma haber recibido sólo el 70%.

La ONU había presentado esta recaudación de fondos como la más importante de su historia para una situación de emergencia. El organismo estima que unos 13,4 millones de sirios se verán afectados por la guerra en 2014, un conflicto que desde su inicio, en marzo de 2011, ha dejado más de 130.000 muertos .

Naciones Unidas necesita US$ 2.300 millones para dar asistencia a 9,3 millones de personas en situación de emergencia humanitaria dentro de Siria. Otros US$ 4.200 millones  irán destinados a los refugiados, más de 2,3 millones de personas repartidas sobre todo por Líbano, Turquía, Jordania, Irak y Egipto. Estimaciones de la ONU señalan que la cifra de refugiados podría doblarse, hasta superar los cuatro millones de aquí a final de año. La responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU, Valerie Amos, dijo que la institución necesita US$ 2.270 millones para el año que viene.

"El conflicto ha hecho que Siria retroceda años, incluso décadas", declaró Ban Ki-moon, al inaugurar la conferencia en el Palacio Bayán de la capital kuwaití. El secretario general de la ONU dijo que las agencias humanitarias "enfrentan demandas sin precedentes", debido a la crisis, y que "es vital compartir la carga".

Respondiendo a ese llamado de emergencia, Kuwait anunció una donación de US$ 500 millones, seguido por EE.UU., que se comprometió a aportar una ayuda adicional de US$ 380 millones. Reino Unido prometió US$ 164 millones, Japón US$ 120 millones y Noruega US$ 75 millones. Tres monarquías petroleras del Golfo -Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Arabes Unidos- prometieron US$ 60 millones cada uno.

"Es un claro mensaje al pueblo sirio: 'No los hemos olvidado'", afirmó Ban en la rueda de prensa tras clausurar la cumbre. "La ayuda humanitaria salvará vidas, pero lo más importante es poner fin a la violencia", agregó, aludiendo a la conferencia de paz del 22 de enero.

Ban destacó que se registraron casos de muertes por hambre en Siria y que aumentó la violencia contra las mujeres y los menores, al tiempo que reaparecieron enfermedades como la poliomielitis, antes erradicada en la región. Apuntó que el 40% de los hospitales dejó de funcionar, otro 20% no opera correctamente y un gran número de médicos abandonaron las zonas conflictivas, mientras que dos millones de niños no pueden ir a la escuela.

Por su parte, Valerie Amos pidió ayuda para unos 245.000 sirios que están atrapados en áreas del país sitiadas por el Ejército o por los insurgentes que quieren derrocar al Presidente Bashar Assad. "Niños, mujeres, hombres, están atrapados, hambrientos, enfermos (...), perdiendo la esperanza en la capacidad de la comunidad internacional para ayudarlos", enfatizó.b