Más de 2.400 iraquíes, en su mayoría civiles, murieron en junio ante el avance de extremistas sunitas en el norte del país que generó la peor violencia en años, dijo el martes Naciones Unidas.

Insurgentes sunitas liderados por el Estado Islámico de Irak y Siria (Isis) -un desprendimiento de Al Qaeda- capturaron partes del territorio iraquí en las últimas tres semanas, incluida la importante ciudad de Mosul en el norte.

Naciones Unidas dijo que "actos de violencia y terrorismo" causaron la muerte de al menos 2.417 iraquíes y heridas a otros 2.287 en junio. Entre los fallecidos hay 1.531 civiles, añadió la ONU.

"La impactante cifra de bajas entre civiles en un mes apunta a la urgente necesidad de que entre todos garanticemos que los civiles son protegidos", dijo el representante especial para Irak de la Secretaría General de Naciones Unidas, Nickolay Mladenov, en un comunicado.

Legisladores iraquíes recientemente electos se reunían en el Parlamento el martes bajo la presión de nombrar un Gobierno de unidad que evite el desmembramiento de la nación.

"Dado que grandes partes del país permanecen bajo control de Isis y grupos armados, es imperativo que los líderes nacionales trabajen juntos para impedir los intentos de destruir la fibra social iraquí", dijo Mladenov.

"Lo que puede lograrse a través de un proceso político constitucional no puede lograrse mediante una respuesta exclusivamente militar. La seguridad debe ser restablecida, pero debe solucionarse la raíz de la violencia", añadió.

El comunicado señaló que la provincia de Bagdad era la más afectada con 1.090 civiles muertos o heridos, seguida de Nineveh, donde se encuentra la ciudad de Mosul que cayó en manos de insurgentes el 10 de junio.