La clase política iraquí debería conseguir formar un nuevo gobierno, si no Irak podría sumirse aún más en el "caos", alertó este sábado en Bagdad el enviado especial de Naciones Unidas, un día antes de una reunión crucial del parlamento.
Los políticos iraquíes, incapaces de dejar a un lado sus divergencias y ambiciones personales para acordar un gobierno, serán los responsables de un nuevo fracaso, declaró Nickolai Mladenov en un comunicado.
"Un fracaso en el proceso de elección de un nuevo jefe del parlamento, de un presidente y (en la formación) de un nuevo gobierno amenaza con sumir al país en el caos", dijo Mladenov, para quien "esto beneficiará únicamente a quienes quieren dividir al pueblo iraquí y destruir las posibilidades de paz y de prosperidad".
La comunidad internacional y el gran ayatolá chiita Ali al Sistani instaron en varias ocasiones a la formación de un gobierno de unidad para hacer frente a la ofensiva de los insurgentes sunitas lanzada el 9 de junio y encabezada por el grupo yihadista del Estado Islámico (EI).
Hoy además, el ex presidente del Parlamento iraquí y líder sunita Osama al Nuyaifi advirtió que Irak se arriesga a sumirse en una guerra civil si no se forma un gobierno de unidad.
"Irak está en una encrucijada: o se forma un gobierno de unidad con un nuevo primer ministro o el país termina en una guerra civil y se desmorona", le citó "Sumaria News".
"No ha habido una posibilidad real de colaboración. En lugar de eso, ha habido un monopolio (del poder por parte de los chiitas), dominación, exclusión y marginación de los otros", afirmó Al Nuyaifi, adversario político del primer ministro en funciones, el chiita Nuri al Maliki.
"Esto generó una atmósfera de rebelión y revolución, sobre todo en las provincias sunitas", dijo Al Nuyaifi.
Al Maliki, primer ministro desde 2006, quiere formar un nuevo gobierno tras haber conseguido una mayoría en las elecciones parlamentarias de finales de abril. Sin embargo, no tiene mayoría absoluta y tanto sunitas como kurdos -y parte de los chiitas- le piden que deje el puesto.
En un intento de presionar a Al Maliki para que desista de seguir gobernando, Al Nuyaifi anunció la semana pasada que no se presentaría como candidato a presidente del Parlamento. Pero Al Maliki rechazó el gesto, insistiendo en estar al frente del país una tercera legislatura.
Irak vive desde hace más de dos meses inmersa en un vacío de poder que los terroristas sunitas de Estado Islámico (EI) aprovecharon para conquistar parte del norte y el oeste del país.
El Parlamento se reunirá mañana domingo para intentar romper el bloqueo que ha evitado que se pueda escoger al presidente del país, el primer ministro y el presidente del Parlamento. En su primera sesión, el 1 de julio, los diputados no llegaron a un acuerdo sobre la futura cúpula política del país y no está claro que lo logren en esta segunda sesión.
El diputado kurdo Ardlan Nur Eddin anunció a principios de esta semana que los parlamentarios kurdos sólo asistirían a la sesión parlamentaria si los bloques políticos lograban un acuerdo sobre los candidatos a los tres principales cargos del país.
"La participación de los diputados kurdos en la sesión de mañana depende de este acuerdo", reiteró hoy Nur Eddin, advirtiendo que este asunto todavía no se ha resuelto.
Según la legislación establecida en Irak tras la invasión estadounidense, en la cúpula iraquí deben estar representados los tres principales grupos étnicos del país. El presidente del Parlamento debe ser sunita, el primer ministro chiita y el presidente del país kurdo.
En los últimos días aumentaron las tensiones entre la región autónoma kurda y Bagdad, después de que Al Maliki acusase a las autoridades kurdas de de conspirar con el grupo terrorista Estado Islámico. Desde entonces los ministros kurdos del gobierno de Al Maliki han boicoteado las reuniones del gabinete como protesta.