Los enfrentamientos que se sucedieron entre fuerzas del presidente saliente Laurent Gbagbo y el mandatario electo Alassane Ouattara, dejaron desde principios de abril unas 540 personas muertas en Costa de Marfil, según informó la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani.

La mayoría de víctimas pertenecen a la ciudad de Duekoue. Aunque, para la Cruz Roja la cifra de víctimas fatales es mucho más elevada.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU nombró tres expertos para investigar la situación de los derechos humanos en el país africano. El grupo está dirigido por el catedrático de Derecho tailandés Vitit Muntabhorn e integrado por el experto en conflictos Suliman Balodo (de Sudán) y el abogado Reine Alapini Gansou (de Benin).

Los tres estudiarán las acusación sobre las presuntas violaciones de los derechos humanos no sólo por parte de los seguidores de Gbagbo, sino posiblemente también por parte de los que apoyaron a Ouattara.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) estima que unos 800.000 marfileños han abandonado sus hogares por el conflicto, según dijo la portavoz de la organización Elizabeth Byrs.

Si bien en Naciones Unidas existe satisfacción por la detención de Gbagbo, y se cree que con ello se podrá fin a la sangrienta lucha por el poder en la nación africana, preocupa no obstante el trato que se le de al mandatario saleinte. "Si es tratado tal como exige la ley internacional, eso sería una buena señal", dijo Shamdasani.

SEGURIDAD
En tanto, las fuerzas de Ouattara se desplegaron en distintos puntos de la capital económica Abidjan para garantizar la seguridad de los residentes.

A la espera de regresar a sus puestos en la Policía y la Gendarmería, las tropas tratan de evitar que se repitan los robos y saqueos que se han sucedido en las últimas semanas en una ciudad que hoy parece en calma, tras la detención de Gbagbo.

En un comunicado televisado anoche, el comandante general de la Gendarmería Nacional, Edward Ksarat, y el director general de la Policía Nacional, Bredou M'Bia, hicieron un llamado a sus agentes para que reanudaran sus servicios y aceleraran así la vuelta a la normalidad.