Al menos cinco personas murieron hoy tras disparos de las fuerzas de seguridad del Presidente de Yemen Ali Abdullah Saleh en la sureña ciudad de Taiz.
En la misma localidad se reportaron ayer al menos 21 fallecidos, mientras Naciones Unidas advirtió en un informe presentado en Ginebra que desde el domingo perdieron la vida más de 50 civiles.
"Tales actos reprobables de violencia y los ataques indiscriminados contra civiles inermes por parte de agentes de seguridad armados deben cesar inmediatamente", dijo la alta comisionadas dela ONU para Derechos Humanos, Navi Pillay.
Esto se suma al fin de la tregua que habían alcanzado grupos tribales y fuerzas leales a Saleh, dejando al empobrecido país árabe más cerca de una guerra civil.
En tanto, cuatro soldados yemenitas murieron hoy y diez resultaron heridos en un enfrentamiento con grupos vinculados al parecer a la red Al Qaeda, cuando se produjo un ataque a un puesto de bloqueo militar en la ciudad de Zinjibar, también en el sur del país.
Por su parte, la alta representante de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, se manifestó "fuertemente shockeada" por la violencia en Yemen y expresó su condena "en el modo más firme posible" a la represión. "Las represión del régimen de Yemen y la grave violación a los derechos humanos y la ley humanitaria no pueden ser aceptadas", indicó.