La Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirmó que al menos 23 cascos azules, tropas militares que están en forma permanente ayudando en Haití, murieron tras el terremoto de 7,0 grados Richter que destruyó Puerto Príncipe ayer.

Entre los fallecidos se encuentran once brasileños y un argentino, tres jordanos y ocho chinos, mientras otros ocho soldados brasileños y un uruguayo están desaparecidos.

Además catorce empleados de la ONU murieron en el terremoto y es "muy probable" que esos  números se incrementen en las próximas horas, informó Alan Leroy, encargado de las ayudas humanitarias de la Organización.

Se estima que 56 empleados civiles están heridos Haití, y aún no hay noticias del jefe de la misión  en Puerto Príncipe, el tunecino Hedi Annabi.

También está desaparecido el segundo de Annabi, el brasileño  Luiz Carlos da Costa, según informó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

"El cuartel general de la ONU, en el hotel Christopher,  colapsó en el terremoto y mucha gente sigue allí atrapada", dijo  Ban, según el cual militares de la Minustah"estuvieron  trabajando durante la noche para rescatar personas atrapadas entre las ruinas".

Una de las funcionarias de la Misión de Naciones Unidas desaparecidas es la chilena Andrea Lois.

Annabi, originario de Túnez, era el jefe de la Misión de Paz de la ONU en Haiti desde setiembre de 2007.

En tanto, la Unesco informó que carece de noticias sobre los  14 miembros de su personal que se encontraban en Haití. Lo declaró hoy en París la directora general de esa agencia de las naciones Unidas, Irina Boskova, quien expresó su  "preocupación" por la situación en el país caribeño.

El soldado argentino que murió a raíz del terremoto fue identificado como cabo primero Gustavo Ariel Gómez, de 33 años, que formaba parte de la  misión de cascos azules en Haití desde el año pasado.

En tanto, en Santiago, el ministro de Defensa, Francisco Vidal, informó que "los 505 hombres y mujeres de la fuerza de paz de Chile (en Haití), incluyendo el batallón Chile, el  batallón de helicópteros y policías, afortunadamente en el marco  de este desastre están sin ningún problema físico".

Vidal agregó que le "angustia" la situación de dos mujeres chilenas desaparecidas, una de ellas María Teresa Dowling, esposa del general Ricardo Toro, quien estaba junto a otras 300 personas el hotel Montana, que resultó completamente  destruido.