La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, recordó hoy al gobierno egipcio que es su obligación velar por que todos los ciudadanos puedan ejercer su derecho a la manifestación y a la protesta de forma pacífica y a ser protegidos de las agresiones.

"Las personas tienen el derecho a manifestarse pacíficamente y tienen el derecho a no ser asesinadas o heridas mientras ejercen ese derecho", señaló Pillay en un comunicado, en el que expresó "su alarma" por las crecientes tensiones y enfrentamientos en las calles de El Cairo.

Añadió que "el actual gobierno llegó al poder gracias a similares protestas, por lo que debería ser especialmente sensible a la necesidad de defender los derechos de los manifestantes a la libertad de expresión y de asamblea".

Pillay subrayó que el Ejecutivo de Mohamed Morsi tiene "la obligación" no sólo de proteger a los manifestantes, sino también de "prohibir los discursos de odio que incitan a la violencia".

"El uso de ese tipo de lenguaje, especialmente por miembros del gobierno, políticos, asesores políticos y aquellos que los apoyan, no sólo debería prohibirse, sino también ser perseguido", agregó.

Asimismo, la Alta Comisionada mostró su preocupación por el hecho de que los periodistas que cubren los eventos en Egipto son blanco de ataques, uno de los cuales, Al-Hosseiny Abu Deif, murió tras recibir un disparo en la cabeza. "Este hecho no es sólo una tragedia para él y su familia, sino también un ataque directo contra la libertad de expresión en Egipto", concluyó Pillay.

En las últimas horas, los enfrentamientos entre manifestantes laicos que protestan contra las prerrogativas recientemente asumidas por Morsi, que le otorgan amplios poderes, y los defensores del presidente han causado al menos seis muertos y centenares de heridos.

HERMANOS MUSULMANES
En tanto, los Hermanos Musulmanes denunciaron hoy un "intento planeado de golpe a la legitimidad y la voluntad del pueblo" durante los últimos disturbios registrados frente al Palacio Presidencial en El Cairo. En un comunicado, este grupo conservador indicó que existe una "conspiración que tiene por objetivo abortar la Revolución del 25 de Enero de 2011".

Sin precisar quiénes están detrás de ese supuesto complot, los Hermanos Musulmanes afirmaron que en la víspera hubo un "intento de irrumpir en el palacio por parte de un grupo armado que quiso ocuparlo".

Según su versión, la Fiscalía está interrogando a los integrantes de ese grupo, mientras que en los alrededores de la sede del Presidente fueron ayer atacados miembros de la cofradía por "multitud de matones con todo tipo de armas de fuego, cócteles molotov y piedras".

Además de acusar a los medios de comunicación de "distorsionar" los hechos, los Hermanos Musulmanes explicaron que sus simpatizantes se acercaron al Palacio Presidencial para "proteger la voluntad popular" ante ese intento de irrumpir en la sede.

El guía espiritual de este grupo, Mohamed Badía, hizo hoy un llamamiento a la unidad de todos los egipcios, tras los choques de ayer entre seguidores y detractores del Presidente en El Cairo.

En su sermón semanal, el dirigente islamista animó a sus compatriotas a unirse para lograr que Egipto renazca y se construya, aunque matizó que "esto no se va a lograr si no es con los valores del islam".