La ONU se mostró hoy satisfecha con las contribuciones realizadas hasta la fecha por los principales países donantes al Fondo Central de Respuesta a Emergencias (Cerf), con el que se afronta en un primer momento las crisis causadas por desastres naturales y conflictos.
"La generosidad abrumadora de nuestros principales donantes ha quedado patente, pese a los tiempos difíciles que corren", dijo en un comunicado de prensa el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, John Holmes.
La conferencia sobre el Cerf celebrada la semana pasada en la sede de la ONU consiguió recaudar un total de US$424 millones, sólo unos US$26 millones menos del objetivo de US$450 millones que se ha fijado para el año que viene.
Es la mayor cantidad recaudad por el fondo de emergencia desde su creación en 2006, aseguró la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Los 10 principales donantes al Cerf, entre los que se encuentra España, se han comprometido a aportar unos US$370 millones en 2010, lo que representa el 88% de las contribuciones prometidas durante la conferencia de la semana pasada.
Holanda y Reino Unido han renovado los mecanismos a través de los que financian el Cerf, mientras que Canadá mantiene el compromiso de seguir aportando fondos hasta el 2012.
España ha sido el sexto donante de este fondo desde su creación y el cuarto en 2009, con US$44 millones de dólares, solo superado por Reino Unido, Holanda y Suecia, la misma cantidad que entregará en 2010.
OCHA también destacó en su comunicado que en esta conferencia aparecieron nuevos países dispuestos a sumarse a la financiación del fondo de emergencia, como Rusia, que prometió US$2 millones, así como Brasil, Indonesia o Sudáfrica.
El dinero del fondo generalmente se entrega a agencias y programas de la ONU, que sólo pueden destinar un 7 por ciento a gastos administrativos, según la ONU.
El organismo mundial asegura que el Cerf ha salvado millones de vidas desde que hace tres años se creara con el objetivo de proporcionar una asistencia inicial rápida a las víctimas de crisis humanitarias y desastres naturales, que en muchas ocasiones debían esperar demasiado tiempo una respuesta internacional adecuada.