Después de haber aprendido "una dolorosa lección", como expresó el secretario general, 200 personas que podrían haber sido cómplices del fraude electoral dejarán de ejercer sus tareas durante la segunda vuelta para garantizar que esta nueva votación sea "transparente y creíble".

"Sabemos que es muy difícil que una democracia joven se sostenga por sí misma, incluso aunque tenga gran apoyo internacional, especialmente de la ONU", le dijo a la periodista Barbara Plett.

El candidato rival del actual Presidente Hamid Karzai, Abdullah Abdullah, puso en duda la neutralidad de la misión de la ONU en el país.

"Vamos a intentar reemplazar a todos los que no han seguido las líneas de actuación (de la ONU) o han sido cómplices de procedimientos fraudulentos", dijo Ban Ki-moon.

"También intentaremos visitar todos los centros de votaciones para asegurarnos de que no pueda haber fraude", añadió desde Nueva York.

El secretario general negó que su organización haya intentado ocultar la extensión de las irregularidades en la primera votación y aseguró que la cuestión no fue cómo esconderlo, sino cómo tratar este tema de la mejor manera posible.

"Hemos dejado claro al gobierno afgano y al Consejo de Seguridad que hubo fraude y queremos que se rectifique. Queremos dar una verdadera oportunidad a los afganos para que puedan depositar sus votos en las urnas libremente".

SEGUNDA VUELTA
Las palabras del secretario general de la ONU llegan horas después de que Karzai aceptó celebrar una segunda ronda electoral, prevista para el 7 de noviembre, en la que tendrá que enfrentarse a Abdullah.

Un panel de observadores respaldado por la ONU estimó que Karzai no había superado el 50% de los votos necesarios para evitar el balotaje, a pesar de que los primeros recuentos le otorgaron el 55% de las papeletas.

El mandatario dijo que aceptaba el dictamen de la Comisión de Quejas Electorales (ECC, por sus siglas en inglés), una decisión que considera legal y constitucional y un "paso adelante" para la democracia afgana.

Varios líderes mundiales celebraron la decisión de Karzai. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que "es hora de que todos los elementos de la sociedad afgana permanezcan unidos para avanzar en democracia, paz y justicia".

Por su parte, el británico Gordon Brown aseveró que la postura de Karzai fue "digna de un estadista".

El corresponsal de la BBC en Kabul, Martin Patience, señaló que el reto ahora es logístico debido a las dificultades de conseguir que las papeletas lleguen a todo el país y a los problemas de seguridad.

Patience añadió además que "no hay absolutamente ninguna garantía que la nueva votación esté libre del fraude que afectó la primera".

Sin embargo, al menos por ahora se han evitado los enfrentamientos entre los partidarios de los dos rivales políticos que se temía que tuvieran lugar si no se resolvía la parálisis política.