La Organización de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA) alertaron hoy que la volatilidad de los precios internacionales de los alimentos ha ido aumentando desde el segundo semestre de 2010 y estos han sobrepasado, incluso, los niveles alcanzados durante la crisis de 2008.
Además, esa volatilidad "permanecerá alta en el futuro próximo", según figura en un informe difundido en Chile por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la FAO y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
En América Latina y el Caribe, la volatilidad de los precios puede tener como consecuencia pérdidas en la eficiencia económica, la reducción de la seguridad alimentaria y el aumento de la desnutrición, así como los efectos negativos sobre la balanza comercial.
Además, la inestabilidad acarrea mayores riesgos para los productores de la región, especialmente para los pequeños agricultores, pues aumenta la incertidumbre sobre sus ingresos esperados, señala el comunicado.
Tampoco descartan que en América Latina y el Caribe se desencadenen movilizaciones sociales de descontento, como ocurrió durante la crisis alimentaria de 2007 y 2008.
Ante esta situación, proponen aumentar la producción de alimentos, principalmente con el apoyo a los pequeños productores, así como potenciar los programas de transferencias condicionadas para las poblaciones más vulnerables.
La Cepal, FAO e IICA también consideran fundamental asignar mayores presupuestos e invertir en el desarrollo institucional del sector agrícola, así como desarrollar mercados nacionales que conecten de forma más directa la producción con la demanda local.