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Opción año sabático

Si no te fue demasiado bien en la prueba o simplemente quieres vivir otras experiencias antes de estudiar, tomarse un año no es mala opción. Acá te contamos un par de experiencias para entender una alternativa que puede dar buenos resultados.

Aunque unos ya tienen resuelto empezar en marzo sus estudios superiores, hay otros que siguen indecisos y aún no eligen su carrera. Pero hay muchos que van más allá y piensan en dar una nueva prueba o guardar el puntaje para el 2012 y derechamente tomarán un año sabático.

Gabriel Orellana tiene 22 años y el 2006, justo después de dar la PSU, decidió tomarse un año sabático que disfrazó matriculándose en un preuniversitario. "Esa era la intención. No tenía claro qué estudiar y tomé un año de preuniversitario, pero la verdad es que tuve un porcentaje bajo de asistencia", dice el hombre que logró menos del 40% de asistencia en el preuniversitario. "Me había ido mal en la PSU y no tenía claro qué estudiar y ocupé el año completo a hacer de todo".

¿El objetivo de Gabriel? "Tener tiempo para pensar". Y para cumplirlo su rutina partía despertándose tarde, limpiaba su casa, hacía el almuerzo y después iba al preuniversitario, si no tenía un mejor panorama. Hoy Gabriel está en su quinto año de Sicología y recomienda tomar un año sabático sólo si hay un proyecto concreto al que dedicarle energía. "Si es para viajar o trabajar, está bien, pero para pensar en la carrera o la universidad es una pérdida de tiempo.

El momento para viajar
Nicolás del Real tiene 22 años, y meses antes de dar la PSU, decidió tomarse un año sabático.  "Ya sabía que estudiar así que di la PSU, quedé en sociología en la Universidad Alberto Hurtado y les conté que quería viajar. Me dijeron que me esperaban y me fui un año a Italia", cuenta Nicolás, miembro del movimiento la comunidad católica Los Focolares.

Entonces Nicolás viajó a un poblado de 1.500 habitantes a vivir una experiencia que luego con sus estudios de Sociología (va en quinto año) le sería imposible. "En la mañana iba a clases de italiano o alguna clase de desarrollo personal y en la tarde íbamos a conocer con los amigos otros lugares cercanos".

El balance de su vivencia fue totalmente positivo: "Con 17 o 18 años hay muchos que no estamos preparados para salir al mundo real. Yo tenía claro que el año sabático me serviría para eso y así fue".

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