La operación antiterrorista en Grozni, capital de la república rusa de Chechenia, concluyó hoy con la muerte de 10 policías y 9 guerrilleros, que se habían atrincherado en varios edificios de la ciudad.
"La operación especial ha terminado. Tenemos nueve cadáveres (de guerrilleros). El resto los están buscando", dijo Ramzán Kadírov, jefe de la república del Cáucaso Norte, citado por medios locales.
Kadírov adelantó que en breve será revocado el régimen de operación antiterrorista en Grozni, cuyas autoridades habían logrado durante los últimos años poner coto a cualquier ataque por parte de la guerrilla islamista.
Por su parte, el Comité Nacional Antiterrorista (CNA) destacó que la operación permitió "prevenir la comisión de actos terroristas de gran magnitud".
"Durante la operación han muerto 10 efectivos de los órganos de seguridad locales y otros 28 resultaron heridos", señala un comunicado del CNA.
Las fuerzas de seguridad chechenas lanzaron la operación tras recibir información sobre los planes de una banda terrorista activa en el Cáucaso Norte de cometer atentados en Grozni el próximo 12 de diciembre, Día de la Constitución.
"Se tomaron todas las medidas oportunas para frustrar esos planes", aseguró Kadírov, quien apuntó que los terroristas pudieron llegar a la república desde otros territorios de la conflictiva región del Cáucaso Norte.
En los enfrentamientos, que se prolongaron desde la madrugada, al menos siete combatientes murieron cuando se habían atrincherado en la Casa de la Prensa de Grozni después de mantener un tiroteo con la policía.
Otro grupo de milicianos armados se agazapó durante la noche en el edificio de una escuela local, horas antes del inicio de la jornada escolar.
Kadírov explicó que los combates comenzaron cuando un grupo de combatientes armados que circulaban en tres coches por la ciudad abrió fuego contra una patrulla policial que intentó detenerles para comprobar su documentación.
Chechenia, donde las fuerzas de seguridad rusas se enfrentaron a la guerrilla durante una década (1999-2009), ha cedido a las vecinas Daguestán e Ingushetia la consideración de territorios más inestables de Rusia.
Mientras el presidente ruso, Vladímir Putin, ha encomiado la firmeza de Kadírov, los activistas de los derechos humanos rusos acusan al líder checheno de instaurar un régimen policial en su territorio.