La oposición siria exigió hoy el establecimiento de una "zona de seguridad" protegida internacionalmente en las provincias de Idlib y Homs, según un comunicado publicado hoy por el Consejo Nacional Sirio.

El régimen de Bashar al Assad cometió masacres en los últimos dos días en ese territorio y mató a unas 250 personas, según la información de los grupos activistas.

Al mismo tiempo, el consejo, en el que están representados la mayoría de los grupos de la oposición, exigió una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para que obligue al régimen a retirar sus tropas de las zonas cercadas. También pidió a la Liga Arabe, que enviará a partir del jueves observadores al país, que adopte junto a Naciones Unidas las medidas necesarias para proteger a la población civil.

FRANCIA
En tanto, la cancillería francesa denunció "una matanza de una amplitud sin precedentes", en Siria, que causó más de cien muertos, y urgió a Rusia a que acelere el ritmo de las negociaciones en el Consejo de Seguridad de cara al proyecto de resolución que exija el fin de la represión.

"Debe ponerse todo en marcha para cesar esta espiral de muerte que Bashar al Assad aplica cada día sobre su pueblo", dijo un vocero de ese departamento, según el cual "ante este contexto dramático, Francia llama a que se incremente todavía más la movilización de la comunidad internacional".

Para la cancillería, es "imperativo" que Damasco acepte el despliegue inmediato de observadores de la Liga Arabe y que les permita comprobar la "aplicación integral" del plan árabe en sus cuatro puntos.

En ese acuerdo, según recordó el representante ministerial, se incluye el fin de la represión, la liberación de todos los prisioneros políticos, la retirada del Ejército a los cuarteles y el acceso de los medios internacionales al territorio.

Al menos 111 civiles murieron ayer en la localidad de Kafr Eid, en la provincia septentrional de Idlib, por la represión de las fuerzas leales al régimen de Damasco, mientras que desde que en marzo estallaran las protestas la represión y violencia se han cobrado la vida de más de 5.000 personas, según cifras oficiales de Naciones Unidas.