Febrero fue el mes en que Venezuela despertó e hizo visible su descontento ante el gobierno de Nicolás Maduro, sin embargo, en el camino, algunos de los dirigentes que animaron al pueblo a manifestarse, comenzaron a caer.

Uno de los principales afectados ha sido Leopoldo López, el líder del partido Voluntad Popular, que ya lleva 46 días en la cárcel militar de Ramo Verde. Acusado por los delitos de incendio y daños en carácter de determinación, instigación y asociación para delinquir, el político de derecha quiso contar a sus seguidores cómo ha sido este tiempo tras las rejas y para eso escribió una carta que fue publicada por el diario El País.

En la misiva, el opositor manifiesta que "cuando tomé la decisión de hacer frente a las falsas acusaciones en mi contra, sabía perfectamente lo que me esperaba; era conciente de que sería otra víctima de una justicia injusta, de un proceso infame, como lo han sido tantos presos políticos que ha cobrado este régimen; que tendría que dejar a mi familia, confiando en que su fortaleza y amor por nuestro país los mantendría en pie; sabía que pasaría en aislamiento y soledad, un tiempo sólo definido por el deseo de cambio del pueblo venezolano… Yo lo decidí así y no me arrepiento", dice.

Junto a esto, el ex alcalde de Chacao afirma tener claro "que mi presencia en Ramo Verde no es consecuencia de lo sucedido el 12-F, sino el resultado de una larga persecución por parte de la sin razón, de un régimen intolerante, represivo y corrupto. Desde enero de 2013, el Presidente Maduro me amenazó con meterme en prisión y fue muy reiterativo en ello durante todo el año. También es importante recordar que el gobierno del Presidente Chávez me inhabilitó para participar en las elecciones del 2008 para la alcaldía mayor, con un 70% de aprobación; y en 2012 la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció a mi favor".

En el escrito, López también se refiere a su familia y cuenta lo difícil que ha sido estar lejos de su pequeño hijo y de su esposa, quien, reconoce, ha tenido una fortaleza que ni él mismo imaginaba.

Sin embargo, no se arrepiente de lo que ha sucedido desde el inicio de las manifestaciones en febrero pasado: "mi estancia aquí y lo sucedido en la fiscalía no son más que el claro reflejo de que estábamos en lo correcto, de que era necesaria esa chispa que encendiera en los venezolanos ese deseo tan latente de lograr un cambio social y político. Que mi encarcelamiento esté contribuyendo en alguna medida al despertar de los venezolanos, vale la pena… Saber que más allá de estas rejas, cada día miles de venezolanos exigen en las calles un cambio pronto, pacífico y constitucional, vale la pena… Que por fin, el mundo comience a prestar atención a lo que sucede en Venezuela, que nuestros hermanos más allá de las fronteras se sumen a nuestro llamado… vale la pena. Que el día de mañana podamos ver a nuestros hijos con la frente en alto al haber luchado por ofrecerles libertad y progreso, vale la pena… Que juntos, los venezolanos, consigamos dejar atrás una historia de división, violencia y corrupción habrá valido la pena", dice con ímpetu.

Para finalizar, el opositor al chavismo recuerda a sus adeptos que "salir de esta crisis que tiene sumida a Venezuela en la penumbra depende de todos; de que cada uno desde donde nos toca, demostremos que estamos dispuestos a luchar; a hacernos sentir y dejar saber cuántos somos los que deseamos un cambio; contagiando nuestra valentía y solidaridad a todos los que se encuentran descontentos con lo que están viviendo. Debemos demostrar que ya no estamos dispuestos a seguir bajo un modelo fracasado y corrupto; ni a creer en un falso intento por establecer la paz a punta de plomo", cierra López.