Media hora antes de programada la audiencia, llegó ayer el sacerdote, John O'Reilly, hasta el Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, lugar donde se dio inicio al juicio por presunto abuso sexual reiterado contra dos hermanas menores de edad, ex alumnas del Colegio Cumbres.

Los jueces decidieron que las presuntas víctimas declararán ante ellos en salas especiales alojadas en el Segundo Tribunal Oral en lo Penal de Santiago y junto a un perro adiestrado. "Considerando la edad de las presuntas víctimas va a acceder al uso de la sala Gessell (...). Asimismo, se va a permitir el ingreso de asistencia canina durante la declaración por cuanto la experiencia de estos jueces permite concluir que facilita tanto el interrogatorio como el contra interrogatorio, maneja la ansiedad y es más fácil que el menor permanezca durante un tiempo más largo prestando declaración", dijo la presidenta del tribunal, la magistrada María Teresa Barrientos.

La decisión del tribunal fue adoptada luego que la Fiscalía Metropolitana Oriente  y la parte querellante -representada por el abogado José Ignacio Escobar- solicitaran esta medida para  evitar su  revictimización.

En sus alegatos de apertura, la fiscal Lorena Parra dijo que "si precisamos quiénes son las víctimas, se trata de dos hermanas  una de ella de apenas cuatro años de edad (en ese entonces) y la segunda víctima, que es la hermana mayor, de apenas cinco años de edad". Según la  fiscalía, los hechos ocurrieron en una capilla de las dependencias del colegio y en una oficina administrativa.

Una de las principales testigos de la fiscalía es la madre de las menores, quien ayer declaró durante una hora y 58 minutos. La mujer señaló la relación que ella veía que tenía el sacerdote con las alumnas del colegio desde prekínder hasta cuarto medio. "Nosotros tenemos la absoluta convicción de que hubo una investigación objetiva, que tenemos la prueba suficiente y que vamos a hacer un buen trabajo", dijo la fiscal.

El abogado del sacerdote perteneciente a los Legionarios de Cristo, Luis Hermosilla, señaló en sus alegatos de apertura que  su defendido "no es Fernando Karadima (...) es completamente inocente", ya que "John O'Reilly es la persona que concurre a la fiscalía a presentar la denuncia, él no pide protección episcopal, él enfrenta sus responsabilidades y colabora con la investigación, de manera que es una situación totalmente distinta".

Luego presentó sus cinco dudas razonables: la influencia en los recuerdos de las menores, que es imposible que en ese lugar ocurrieran los supuestos abusos, el control de la madre sobre sus hijas, una investigación sesgada y pericias imperfectas. "Los recuerdos de ambas niñas están intervenidos por la familia y los fiscales", dijo y agregó que la fiscalía "no podrá vencer la presunción de inocencia" del sacerdote.