"He jugado videojuegos toda mi vida y me deprimí cuando por mi condición, ya no pude hacerlo. Sentí que me arrebataron una gran parte de mi". Así comienza el relato de Lee, un fanático de los videojuegos que aquejado por una atrofia muscular espinal perdió la posibilidad de jugar a su títulos favoritos, como Grand Theft Auto V.

Su historia llegó a oídos de Special Effect, una organización benéfica inglesa especializada en ayudar a las personas con discapacidad a disfrutar de los videojuegos, que le ofreció adaptar los controles de su consola, considerando que con el tiempo sus capacidades físicas se iban degradando. Por ello se configuraron los botones con microinterruptores que aprovechan los pequeños movimientos de sus dedos en la mano derecho, y dos palancas de mando que utiliza con su barbilla.

"Estamos muy contentos de ayudar a Lee a jugar y mejorar su ánimo", afirmó Nick Streeter, ejecutivo de la institución. "Hemos visto que su motricidad ha cambiado con el tiempo y estamos empeñados en modificar su equipamiento para que pueda continuar con su afición", agregó.

En su opinión, los videojuegos "permiten a la gente a hacer nuevos amigos, interactuar y a unirse por una causa común". De esta forma es posible extender estas tecnologías a personas que no siempre tienen la opción de seguir con su fanatismo.

Lee en tanto, superó sus impedimentos y finalizó el popular juego de Rockstar: "No pensé que sería capaz de jugar GTA V debido a mis limitaciones. Ahora puedo jugar fútbol con mi hermano en Fifa 14 o conducir autos", señaló.

Fuente: Special Effect