Durante casi toda su vida, Jonathan Barrera jugó a la pelota. Fue cadete de Audax Italiano y futbolista de Tercera División. Pero lo suyo estaba en las largas distancias.

El talento del actual corredor de Santiago Runners fue descubierto en su trabajo como bodeguero. Su jefe insistía en que sus cualidades como corredor sobresalían durante las pichangas de la empresa, hasta que sin decirle, lo inscribió en los 10km del Maratón de Santiago 2009. Asistió con zapatillas de baby fútbol y un short largo. Calculó los tiempos de los competidores promedios y se propuso mejorarlos. Bajó considerablemente esa marca. Un día, le avisaron que había salido tercero en una carrera en la que luego de cruzar la meta se había marchado a su casa, ausentándose de la premiación sin saber de su medalla. Ahí se dio cuenta de que debía seguir.

Siendo tomador social dejó el alcohol, además del cigarro. También el fútbol. Tan rápido fue su progreso, que en la capital corrió su primer Maratón dos años despúes de su primera experiencia en el asfalto. Ya lleva nueve circuitos de 42k completos -cinco en Santiago- y espera finalizar su décima Maratón en Rotterdam, ciudad donde celebrarán los 25 años de su club y precisamente el lugar en la que su entrenador y máximo ídolo, Omar Aguilar, batió el récord de Chile con 2.12'19". Los tiempos que ha hecho Barrera -hasta ahora, el más bajo, de 2h.39'46"-, los lleva tatuados en su pierna derecha. Igual que una pantera en su abdomen. "Es el animal que me representa y que más se parece a mí. Por su color y su velocidad", explica. Luego el apodo no se pudo evitar.

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Tatuaje del Pantera en el que va reflejando los maratones que completa. Foto: Mario Téllez.[/caption]

El Pantera correrá en dos semanas en la ciudad holandesa buscando bajar las 2.35', por lo que se perderá el circuito mayor en la capital chilena el próximo domingo. Sólo correrá 10 mil metros del Entel Maratón de Santiago a modo de entrenamiento con la mira en Europa. Sin embargo, conoce al revés y al derecho las calles santiaguinas y, con su experiencia, disecciona el recorrido de 42.195 metros que las llenará de corredores dentro de siete días.

Kilómetro 1: "Hay que encajonarse lo antes posible, ponerse lo más adelante que se pueda antes de la partida, para salir respetando tu ritmo de carrera y evitar ir esquivando gente, lo que significaría un gasto de energía innecesario".

Kilómetro 2: "Se debe calmar el impulso del inicio de la competencia. Es común sentir que vas lento, porque mucha gente que está con la adrenalina de su primer maratón, te pasará. Hay que seguir tu propia línea acorde a tus propios tiempos de entrenamiento".

Kilómetro 3: "Se junta mucho ciclista que empieza a acompañar a los corredores o profesores que siguen a sus alumnos controlándole los tiempos. También, en los límites del Parque O´Higgins se ve que es típico ver a muchos corredores nerviosos orinando en las plantas. Es un error sobrehidratarse el día y las horas previas a la carrera. Hay que pasar al baño antes de salir de tu casa y antes de empezar la carrera, aunque no se sientan ganas. El pipí debe estar siempre transparente. Si aparecen ganas en el maratón, mejor hacer mientras se corre. Cuesta mucho parar para volver a echar a andar la máquina".

Kilómetro 5: "Primer punto de hidratación. No hay que saltárselo por ningún motivo. Es un error esperar a sentír sed para hidratarse. Más conveniente es ir alternando agua con bebidas isotónicas".

Kilómetro 6: "Es normal sentir que puedes acelerar más, una sensación que permanece por el primer tercio del Maratón. El consejo es mantenerse controlado, ya que un minuto que se intenta ganar al principio, son dos que se van a perder después".

Kilómetros 7 a 9: "En este tramo es bueno correr en grupo para ir alternando quién corta el viento. Si se puede, preguntarle a otro corredor por su ritmo, y si es el mismo, mantenerse juntos mientras sea posible. Jamás ir conversando".

Kilómetro 10: "Primer cronometraje oficial, en lo que es el primer cuarto de la carrera. Tu ritmo tiene que ser el que te propusiste. Hay que ser muy riguroso. Si vas pasado, hay que bajar la velocidad, y si vas muy lento, acelerar. Eso sí, jamás bruscamente".

Kilómetro 11: "Tramo motivante frente al Estadio Nacional, porque se acumulan muchos espectadores y hay buena música. Te tira para arriba. Me gusta chocarle la mano a los niños o sonreírle a la gente desconocida que te alienta. Te ven como un referente".

Kilómetro 12 a 13: "Buena recta por Campo de Deportes para consumir el pimer gel energético. Probarlo, eso sí, antes en los entrenamientos, para arriesgarse a que no caiga mal al estómago. Mejor que comer plátanos, fruta que da mucha sed. Parte de mi entrenamiento es comer uno diario durante la semana previa, pero no en la carrera".

Kilómetro 14: "La subida de Pocuro es para muchos una de las partes más duras. Primer desafío importante, ya que si sientes cansancio, quiere decir que no te controlaste bien. Para mí no es la gran cosa".

Kilómetro 15-19: "Es posible recuperar lo perdido en la subida anterior en estos 4 kilómetros de de recta, pero sin volverse loco".

Kilómetro 20: "El kilómetro de subida por Rodigo de Araya se siente bastante. Hay que aguantar y no perder el ritmo, porque después no habrá un tramo amable que permita recobrar la ventaja dada".

Kilómetro 21: "El ombligo de la carrera. Un aticipo de lo que será tu marca. Es muy difícil remontar el cronómeto en caso de ir bajo la mitad de la marca que se espera. Te encuentras con la feria María Celeste, donde más de algún feriante grita alguna broma o te llama Forrest Gump. Es divertido".

Kilómetro 22-31: "Américo Vespucio es un trayecto duro. Durante nueve kilómetros no se cambia de calle y tu cabeza empieza a pensar en otras cosas. Frente a la estación Escuela Militar me pasó a llevar un perro y trastabillé. Por suerte no me caí y el profe de otro corredor que iba en bicicleta me ayudó a recuperarme dándome indicaciones. Llevas tantos kilómetros con el mismo ritmo, que cuando algo se te cruza, cambias el uso de los músculos y te llegan todos los dolores que no sentiste antes. Mi consejo es no intentar ahuyentar los perros y mantener el foco en la carrera".

Kilómetro 32: "Conocido como El Muro. Aquí empieza el verdadero Maratón y se ven los de verdad. Lo anterior ya se hizo muchas veces en la preparación y lo que viene nunca lo entrenaste. Aparecen sensaciones nuevas. A pesar de que en Santiago el tramo que viene es en bajada, es sin dudas el más duro. No se compara con nada. Aquí es donde yo ya dejo de ser Jonathan y paso a ser el Pantera".

Kilómetros 33-38: "Corres el riesgo de que tu ritmo baje notoriamente. Este tramo es muy cansador. No se corre con las piernas, sino con la cabeza. Y el cuerpo empieza a doler mucho. Ya no cuentas cuánto llevas, sino cuánto falta. Comienzas a pensar en todos los sacrificios que hiciste para poder llegar hasta acá: las levantadas temprano, las acostadas tarde, los retos de tu entrenador, el tiempo sin tu familia… si todo eso no vale la pena de aquí en adelante, ¿Para qué lo hiciste? Hay que aperrar".

Kilómetro 39: "Las rutas de los corredores de 21k y los maratonistas se encuentran en paralelo. Vuelves a estar acompañado".

Kilómetro 40: "Al llegar a Plaza Italia sabes que no queda casi nada. Es común apurar y quemar los últimos cartuchos, nunca poniendo en riesgo el físico".

Kilómetro 41 y la meta: "Hasta aquí pueden seguir las bicicletas que acompañan a los corredores. Los dos kilómetros finales son de muchas emociones. Corres entremedio de muchos espectadores que te gritan, aplauden y te entregan las últimas fuerzas. Los últimos 500 metros son simplemente a todo dar. La sensación de llegar a la meta es muy potente. Es un orgasmo".