En menos de cuatro meses comenzará oficialmente el verano y millones de personas se acercarán a las playas para refrescarse. Y aunque muchos lo nieguen, son varios los que aprovechan el relajo y libertad dentro del mar para desahogarse y orinar, si es que no encuentran un baño cerca.
Sin embargo, esta actitud -censurable por cierto- tendría un desconocido efecto, de acuerdo a una investigación de la Sociedad Americana de Química, la Universidad de Agricultura de China y la Universidad de Purdue en Indiana, quienes afirman que orinar en el mar no es perjuicioso e incluso aporta a la vida vegetal marina.
La razón tiene que ver con que la orina se compone de un 95% de agua y contiene potasio, iones de cloruro y sodio. El mar en comparación contiene los mismos elementos ya mencionados en una concentración superior, además de ser un 96.5% agua. Pero el principal desecho de la orina, la urea, contiene una gran cantidad de nitrógeno, que al combinarse con el mar produce amonio. Esto según el estudio, alimenta la flora marina.
Aún así, los efectos son mínimos. Incluso si todas las personas del mundo se unen y orinan al mismo tiempo, esto no alterará en lo absoluto la composición marítima, aunque sí sería muy desagradable.
De hecho, uno de los principales responsables de la vida vegetal son las ballenas, que producen casi mil litros de orina diaria.
¿Y en la piscina?
No. No ocurre lo mismo en la piscina. De acuerdo a varias investigaciones, orinar en este recinto de menor tamaño puede causar problemas de salud, ya que el mismo nitrógeno incluido en la urea (y también en el sudor) mezclado con el cloro genera al menos dos compuestos químicos tóxicos: cloruro de cianógeno (CNCl) y tricloruro de nitrógeno (NCl3).
El primero de ellos puede afectar al corazón, pulmones y sistema nervioso central, mientras que el segundo ha sido asociado con daños en los pulmones por la exposición a desinfectantes. Según los estudios, estos compuestos fueron detectados a 60 minutos del inicio de la reacción química.