Felipe Miranda ya sabía cómo era la experiencia de ganar un título planetario en el esquí náutico, por su conquista del overall en el Mundial de 2013, en Santiago. Este domingo, en París, supo cómo se siente lograrlo por segunda vez. El himno del podio se le pegó a la cabeza -"vi el video de ese momento por la mañana y lo volví a ver un par de veces más", dice el deportista de 31 años a La Tercera desde Praga, República Checa, donde comparte su euforia con parientes en una reunión familiar.
Usted sostuvo en París que el salto sería la clave para vencer el overall. ¿Dijo eso porque el francés Thibaut Dailland fue el mejor en el eslalon y las figuras o porque el salto es su gran fortaleza?
Por un poco de las dos cosas. Yo sabía lo que tenía que hacer en slalom y figuras, y después debía dejar una diferencia alcanzable para atacar en el salto, donde sabía que podía recuperar lo perdido en los otros dos eventos. Este año obtuve mi mejor marca en esa especialidad, de 68,8 metros, y fui con una confianza especial. Y en este Mundial alcancé 64,3 metros en el primer salto de la semifinal, pero no tenía presupuestado que le sacaría nueve metros de ventaja a Dailland. No salí a buscar el oro con ese intento, pero lo logré.
¿Tiene entonces como meta un oro mundial en el salto? ¿Es su próximo paso? En el certamen planetario de 2015 ganó el bronce en esa categoría.
No, mi próximo paso es en el overall. Si un saltador hace dos sets de saltos diarios, yo hago cinco en total. Practico más del doble que una persona que se dedica a un solo evento. Mi nivel ha mejorado en cada disciplina (el overall considera los registros en salto, eslalon y figuras, y gana el competidor con el mejor desempeño general). Si la medalla de otra prueba llega, es muy bienvenida.
En Francia, dijo que se había especulado que en 2013 el título era más fácil, porque lo ganó de local, pero en esa época sólo tenía oros en mundiales de juveniles. Y para este año, a pesar de las dificultades, usted ya había ganado un oro planetario y ya estaba en la élite antes del triunfo. ¿Qué conquista fue más especial?
Uff… Las dos fueron diferentes. Llegar a ganar un campeonato mundial era un sueño, y mantenerme, ganar el segundo oro, fue decir 'nací para esto, nací para ser el mejor'. Y no me importa lo que comentaron sobre la localía. Y tampoco le he tapado la boca a nadie, sólo sé que hago mis cosas. Sí, es una ventaja competir con tu gente, pero estar fuera de Chile y sentir todo el apoyo de los chilenos también me hizo sentirme en casa. El primero fue el que me confirmó todos los años de cosas que hice bien y el de ahora significó que sigo vigente en lo más alto del esquí náutico.
Y después de tantos triunfos, ¿cómo queda la ambición? Por haber ganado mucho, ¿desea aún más?
Este título confirmó que no me quedé con los brazos cruzados pensando "soy el mejor y me puedo retirar". Estoy en mi mejor momento, en mi equipo están los mejores de los mejores, físicamente estoy increíble y quiero seguir arriba el mayor tiempo posible. Para mí, mantenerme en la cima es igual o más importante que llegar a ella y por eso la ambición aumenta, quedo mucho más motivado. Buscaré triunfar en los Panamericanos de Lima y me encantaría llegar a Santiago 2023, es un sueño. Todo dependerá de mi físico.
¿Hasta cuándo lo veremos compitiendo?
Yo soy especialista en overall, moriré como tal y los que se enfocan en él suelen tener una carrera más corta, pero no tengo un tope de edad. El físico me puede jugar a favor o en contra y, si tengo que entrenar el doble para estar mejor, eso haré. Y después de retirarme, me gustaría retribuir todo lo que mi disciplina me dio.
Su deporte no es olímpico, pero si llega a serlo y usted no participa de una cita de los anillos, ¿le quedaría un sentimiento de que le faltó algo en su carrera?
Tendría sentimientos encontrados, porque tengo las herramientas y el nivel para estar en uno, ya que el Mundial vendría siendo lo máximo a lo que podemos aspirar. Sería un sueño participar e iría buscando ganar, como en todo torneo.
¿Es para usted absurdo que el esquí náutico no sea olímpico?
Eso es un tema político y no me gusta meterme. Hay dirigentes que se dedican a eso, pero tengo entendido que para 2024, de ser en París, hay unas posibilidades muy grandes. No sería en lancha, sino en cable. Y si eso se concreta, yo sería el primero a cambiar locamente la forma de esquiar para el modo en cable.
¿Ve una formación sólida de nuevos esquiadores náuticos nacionales?
Sí. En este Mundial adulto teníamos a dos menores de 18 años y tenemos buenos esquiadores a nivel juvenil e infantil. Nos tienen a nosotros como referentes y están haciendo el camino.
Este año Chile ha cosechado grandes éxitos en varias disciplinas, pero al mismo tiempo se han registrado dopajes y a algunos deportistas les han indicado rebajas o exclusión de becas Proddar. ¿Cómo ve el presente deportivo nacional?
Todas esas conquistas marcan que el deporte está creciendo y estoy convencido de que las cosas se están haciendo bien. En los casos del asunto de Proddar o de deportistas con dificultades, hay que solucionarlos. Es un proceso de aprendizaje para todos. No estoy de acuerdo con que se baje una beca de un día para otro, todo debe tener normas y reglas que deben seguirse. Tal como nos exigen marcas y rendimiento, que también respondan cuando tienen que hacerlo. Es lo único que pide cualquier deportista, y hay que ir aprendiendo con esas situaciones, porque antes eran 10 representantes destacados, hoy son 50, mañana 100, 200... Los casos de éxitos aumentarán y también habrá más problemas. El tema será cómo se manejará todo eso.