No puedo comenzar sin preguntarle por las declaraciones del senador del PPD Guido Girardi, quien dijo que "Guillier es un castigo a nosotros mismos". ¿Qué opina?
Es una frase un tanto penitente, de esta lógica de la autoflagelación. Yo creo que Guillier es el candidato que nos pareció el más competitivo a un conjunto importante de dirigentes y creo que a estas alturas hacer una evaluación del proceso o de esas características no tiene ningún sentido. La derecha hizo una buena primaria, hay un candidato con una legitimidad y un respaldo electoral sustantivo y yo siento que en la Nueva Mayoría debiéramos concentrarnos en cómo competir con esa realidad.
Pasar a la acción...
Esta tendencia que tenemos muchos de hacer análisis concienzudos con una perspectiva histórica es atemporal. No digo que no haya que hacerlo, pero por favor, hoy día la prioridad es otra.
La Presidenta Bachelet dijo que le hubiera gustado tener un candidato único y una lista parlamentaria...
A mí también me habría encantado, pero 'el me habría gustado' no tiene ningún sentido. A mí también me habría gustado un candidato único, que hubiese sido Lagos. Todas estas cosas me encantarían, pero hay que hacerse cargo de los porfiados hechos, como decía un calvo y brillante del pasado. Y los hechos dicen otra cosa.
Justamente, no se hicieron primarias en la Nueva Mayoría y, como usted dijo, a Piñera le fue bastante bien en la de Chile Vamos. Y la candidatura de Guillier parece tener el mismo tranco que tenía hace cinco meses...
Esa es una discusión completamente pertinente que tiene que ver con cómo mejoramos, cómo nos hacemos cargo de esta realidad. Y en consecuencia, para hacernos cargo, yo sugeriría que no siguiéramos con lo que nos habría gustado. Hoy tenemos un desafío de firmas, este fin de semana es crucial para estos efectos, y creo que además nuestro candidato tiene que empezar a hablar un poquitito más de ideas, de propuestas, de perspectivas de futuro, hay que desarrollar más eso. Y desde el punto de vista político , reiterar un compromiso inequívoco de respaldo al gobierno de Bachelet. No es tiempo de matices ni de cosas alambicadas.
¿Y dónde está el problema?, porque hoy parece que ni el candidato ni los partidos pueden ponerse de acuerdo en un itinerario común...
Es que todavía cuesta mucho constatar estos hechos y hacerse cargo de ellos. Todavía hay algunos que piensan que hay espacio para una sola candidatura y para una sola lista parlamentaria. Van a haber dos listas y eso significa que vamos a tener que ponernos de acuerdo desde esa lógica para que sean equilibradas. Van a haber dos candidatos presidenciales: bueno que se junten, que se pongan de acuerdo en un tipo de fairplay.
Se esperaba que después de las primarias la candidatura de Guillier diera algún golpe de efecto, y resultó que vimos al candidato peleando con los notarios, quienes les están validando las firmas.
Efectivamente, yo espero un activismo particularmente inusitado, explosivo, sorpresivo, de parte de las dos candidaturas que no fueron parte de la primaria, lo que no ha ocurrido. Y efectivamente ocurrió lo peor: nos enfrentamos en una disputa con los notarios, que no solo es desafortunada sino que además es un despropósito, tanto así que felizmente se pudo resolver a tiempo y se pidieron las excusas. Pero cuando uno se pone a pelear con los que son parte de los procesos, de lo que da la sensación es de una candidatura que no tiene línea, que no tiene una mirada, y creo que en eso efectivamente se cometió un error. Ahora, yo siento que el problema que tenemos es que no hay una imbricación adecuada entre los partidos y la candidatura y eso hay que resolverlo. Y este no es un problema nuevo.
Trataron de esconderlos en el pasado con Bachelet. ¿Se repite eso hoy?
Claro, teníamos lepra, la lepra no hay que mostrarla, es fea. Pero finalmente las campañas se hacen con los partidos, la infantería está ahí, los estados están allí y creo que en eso todavía no ha habido una correcta imbricación.
¿Cómo analiza el resultado del Frente Amplio en la primaria? ¿Representan una amenaza para la Nueva Mayoría?
La política yo no la veo desde las amenazas. Tengo tres ideas al respecto. Primero, creo que el propio Frente Amplio se había hecho una expectativa mayor de la que finalmente logró; segundo, ellos han hecho una autocrítica severa y se dan cuenta de que los partidos no bastan solo con una exposición mediática contundente sino que requieren de una cuestión re' básica que es estructura. Y tercero, creo que la explicación del corto periodo de existencia es una mala explicación, porque la idea del Frente es reciente, pero sus militantes, o sea Giorgio Jackson, llevan años, fueron parte del gobierno. La exposición mediática que han tenido ha sido particularmente privilegiada. Entonces, creo que simplemente se frustró por ahora, y digo por ahora, porque soy cuidadoso. Yo creo que hay que esperarlos un poco más, ellos mismos se darán cuenta de que las cosas en política tienen ritmos que no necesariamente son los ritmos que uno impone.
Carlos Peña dijo que ellos plantean un discurso muy sombrío respecto del país, incluso más demoledor del que hace la Nueva Mayoría.
Uno puede coincidir en algunos aspectos de su diagnóstico. Que la sociedad chilena tiene un germen de inestabilidad que es la desigualdad creciente y cada vez más notable en todos los aspectos de su vida cotidiana. Probablemente la diferencia está en que algunos pensamos que los procesos de cambio y de reforma son procesos permanentes, y que requieren de una conducta también consistente en el tiempo y que se expresa en este concepto de la gradualidad. En la misma época en que habían cien mil estudiantes en la calle marchando por gratuidad también habían 150 mil visitando el Costanera Center, entonces, en estas cosas la radicalidad en el juicio puede llevar a cometer errores de ritmo.