La OTAN inició una investigación sobre el ataque lanzado por la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en el norte de Afganistán, donde murieron al menos 90 personas.

El incidente se registró en la provincia de Kunduz, cuando dos camiones cisterna secuestrados por milicianos talibanes explotaron mientras se distribuía gasolina entre la población.

El gobernador de la provincia, Mohammad Omar, dijo que entre los 90 muertos hay 45 talibanes, entre ellos un comandante rebelde. Un oficial de seguridad que requirió el anonimato aseguró que la explosión dejó 200 muertos y heridos. Algunos lugareños hablaron de hasta 300 víctimas.

El jefe de la diplomacia de la UE calificó de "drama lamentable" la muerte de civiles durante el bombardeo que habría sido ordenado por Alemania.

"Creo que ha sido dramático lo ocurrido hoy en Afganistán. Lo siento por las familias de las personas que han muerto en la explosión de los dos camiones cisterna. Estoy profundamente entristecido", subrayó el diplomático europeo al margen de una reunión informal de ministros de Exteriores de la UE en Estocolmo.

El ataque aéreo de la ISAF es el mayor en el que haya habido participación Alemania, señaló el Ministerio de Defensa hoy en Berlín.

El titular de la cartera, Franz Josef Jung, no se pronunciará en lo inmediato sobre el ataque, señaló un portavoz, porque no se cuenta todavía con información suficiente sobre el incidente, que, según información proveniente de Afganistán, costó la vida a numerosos civiles.

Un portavoz de Defensa explicó que el Equipo de Reconstrucción Alemán (PRT) en Kunduz solicitó la operación. La ISAF informó que "un comandante local de la ISAF autorizó el ataque". El comando de la ISAF en Kunduz está en manos del Ejército Alemán.