En medio de la crisis en el este de Ucrania y los esfuerzos diplomáticos para frenarla, los ministros de Defensa de los países miembros de la OTAN se reunieron ayer para acordar una red de centros de comando en el este de Europa con el fin de reforzar con rapidez a la región en caso de alguna amenaza desde Rusia, así como una mayor fuerza de reacción.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, señaló que las medidas fueron tomadas como respuesta a "las acciones agresivas de Rusia", por la anexión de la península ucraniana de Crimea. Señaló que representan "el mayor refuerzo de nuestra defensa colectiva" desde el fin de la Guerra Fría hace 25 años.
Stoltenberg insistió que esta nueva fuerza expedicionaria será totalmente defensiva y explicó que los ministros definirían "el tamaño y la composición de la fuerza" que debería tener la capacidad de ser "desplegada en sólo unos días". El principal componente de esta fuerza, que estará operativa en 2016, debería contar con "5.000 hombres". Además, esta fuerza estará respaldada por otras dos brigadas en caso de enfrentarse a una gran crisis.
Adicionalmente, se establecerán seis centros de comando, con funcionarios nacionales y de la OTAN, en Polonia, Rumania, Bulgaria y los tres Estados bálticos. Estos cuarteles tendrán unos 40 militares y estarán a cargo de la organización de ejercicios militares y facilitar, si llega el caso, el despliegue de la fuerza expedicionaria.
Este programa se inscribe en el marco de la modernización de la "Fuerza de Reacción Rápida" de la OTAN, creada en 2003, pero que se estima muy limitada y lenta. Stoltenberg indicó que su contingente será elevado a "30.000 militares".
En el encuentro, los ministros de Defensa de la OTAN defendieron, además, profundizar su cooperación con Georgia, para lo que preparan un centro de adiestramiento y un nuevo ejercicio militar en ese país.
Para el corresponsal diplomático de la cadena BBC, Jonathan Marcus, la OTAN considera estas medidas absolutamente defensivas, pero no es como las ven en Moscú.
"Las acciones de la OTAN, que planea abrir un centro de entrenamiento en Georgia y respaldar la reforma al Ejército de Ucrania, desataron las alarmas en Moscú", señaló.