El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, advirtieron a Afganistán que estaba poniendo en riesgo su seguridad y asistencia financiera internacional si no firma un acuerdo con Estados Unidos sobre el futuro status jurídico de los soldados internacionales en su país.
"Esto no es para hacerse el tonto, este es un asunto serio", dijo Kerry tras reunirse con sus pares de la OTAN en Bruselas y agregó que más de 50 países están comprometidos en ayudar a Afganistán.
"Esos países tienen ciclos presupuestarios, esos países tienen necesidades de planeamiento. Esos países tienen necesidades de equipamiento, de despliegue", afirmó.
El acuerdo entre Estados Unidos y Afganistán, que provee una base legal para la presencia de tropas estadounidenses en Afganistán después de 2014, podría pavimentar el camino para un acuerdo similar con la OTAN, cuya Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán será reemplazada por una misión de entrenamiento y apoyo.
Sin embargo, el presidente afgano, Hamid Karzai, ha dicho que no firmará hasta que se cumpla con ciertas condiciones, como una prohibición de requisar casas afganas y la liberación de prisioneros afganos de la prisión de Guantánamo.
"No creo en renegociar unilateralmente", dijo Kerry sobre el acuerdo. Asimismo, sugirió que el tratado no debe llevar necesariamente la firma de Karzai. "Puede firmarlo su ministro de Defensa, puede firmarlo el gobierno. Alguien puede aceptar la responsabilidad de esto", dijo Kerry.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, llamó hoy a Karzai a firmar "muy pronto" el acuerdo. "Está claro que sin una firma y un acuerdo no puede haber ningún envío (de soldados)", afirmó Rasmussen en Bruselas poco antes de una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN.
Si después de concluir la misión militar internacional en Afganistán no se concreta el despliegue de una misión de adiestramiento a partir de 2015, esto tendrá consecuencias negativas para la situación de seguridad, advirtió Rasmussen. Además, estarán en peligro no sólo la ayuda militar para el Ejército y la policía afganos, sino también la ayuda civil al desarrollo del país asíatico.
La comunidad internacional prometió otorgar a Afganistán ayuda financiera de 4.100 millones de dólares anuales (3.000 millones de euros) para el mantenimiento de los 350.000 soldados y policías. La ayuda al desarrollo prometida asciende a 4.000 millones de dólares.
La OTAN prevé desplegar en Afganistán después de 2014 entre 8.000 y 12.000 soldados. "Hay mucho en juego y espero que el acuerdo de seguridad bilateral pueda ser firmado", señaló Rasmussen.
Estados Unidos ya ha negociado con Afganistán un acuerdo bilateral sobre el status jurídico de sus soldados, que también ha sido aprobado por la Loya Yirga, la gran asamblea nacional afgana de grupos étnicos, religiosos, políticos y militares.
El acuerdo prevé, entre otros aspectos, que los soldados no puedan ser llevados a un tribunal afgano bajo el derecho islámico. Karzai había declarado que dejaría la firma del acuerdo en manos de su sucesor, que habrá de elegirse en abril. Para Estados Unidos y la OTAN, esa fecha llega demasiado tarde.
Rasmussen evitó pronunciarse sobre la fecha de la firma del acuerdo, que Estados Unidos exige que sea antes de finalizar el año. Sin embargo, reconoció que hay una necesidad de planificación, por lo que consideró preciso que la firma se efectúe "muy pronto".
Kerry también señaló que el retraso es una señal preocupante para los afganos antes de las elecciones de abril. "¿Cómo le das confianza a la gente en Afganistán, cómo le das confianza a los militares en medio de su entrenamiento, cómo le das confianza a toda esa gente que se presenta para ser presidente el año que viene?", preguntó.