El domingo, Pablo Otárola no paró de sonreír. Minuto a minuto, fue enterándose de las decenas de saludos que recibía. Se los leían y los entendía a la perfección. Con un gesto, los valoraba y los agradecía.
El zaguero cumplió 30 años. El cambio de folio lo sorprendió en medio de su más dura batalla: la que libra para superar las consecuencias del fuerte accidente automovilístico que protagonizó el 20 de marzo de 2015, cuando retornaba a la Novena Región, después de visitar a sus familiares en la región del Biobío. Hace casi dos años, cuando militaba en Deportes Temuco, la vida le cambió.
En el cumpleaños no faltó ninguno de los elementos típicos de esta celebración. Durante todo el día, el festejado recibió las visitas y las llamadas telefónicas de sus seres queridos, mucho cariño y algunos regalos. Por supuesto, también estuvieron la torta y la vela de rigor.
Aunque está prácticamente inmóvil y no puede hablar, sus familiares más cercanos distinguieron sus signos de felicidad. "Fue especial, por todo lo que ha vivido. Sabemos que este año será mejor. Día a día, Pablo está un poquito mejor. Ayer lo visitaron amigos y en su cara se notaba la alegría. Ya es un signo. Le cantamos el Cumpleaños Feliz y estaba sorprendido. Todo eso da esperanzas", explica su hermana Johanna, quien ha encabezado las campañas para reunir recursos que faciliten la recuperación del ex jugador de Curicó Unido y Huachipato, y que se sumen a la pensión vitalicia que le tramitó el Sindicato de Futbolistas Profesionales, que le reporta 36,54 UF (casi un millón de pesos) mensuales.
La cifra ayuda a paliar los $ 1,5 millones que demanda su tratamiento. Se gasta mayoritariamente en el pago del equipo de kinesiólogos que visitan al futbolista tres veces al día para realizarle la terapia que busca mejorar su calidad de vida. "Siempre hace falta algo más", explica la familiar.
Los afectos que cultivó en el fútbol tampoco lo abandonaron. Gamadiel García, actual presidente del Sifup y con quien entabló amistad en la época en que ambos compartieron camarín en Huachipato, fue uno de los que lo felicitó. Lo llama a diario. El dirigente gremial gestiona ahora el apoyo de Teletón. "Vamos a buscar la mejor manera de ayudarlo para que genere algún nivel de autonomía. Esperamos que la ANFP también nos apoye", afirma. También lo contactaron los delanteros Diego Churín y Diego Ruiz. Y varios más.
Los Otárola no olvidan, por ejemplo, el permanente respaldo del capitán de Universidad Católica, Cristián Álvarez. "Cada vez que lo necesitamos, nos dice que sí a todo. Siempre se las rebusca para encontrar la forma para ayudarnos. Eso es valorable. Lo mismo que lo que mucha gente ha hecho por Pablo, anonimamente o no", valoran.
Incluso los hinchas no dejan de colaborar. Cada cierto tiempo, le envían algún regalo, preferentemente elementos de primera necesidad como pañales, lociones y cremas anti escaras, con los que procuran hacer más llevadera la compleja situación.