Si había algo que podía terminar de hundir a Barcelona en el oscuro tramo del semestre por el que transitan, era una caída en un clásico en la disputa por un título. Como si de un guión cinematográfico se tratara, el equipo de Gerardo Martino fracasó en su intento de alzar la Copa del Rey ante su más grande rival, el Real Madrid. 

El partido que se disputó en Valencia, en el estadio de Mestalla, mostró a un equipo con el control casi total de las acciones. El cuadro merengue fue mucho más que su oponente pese a no contar con Cristiano Ronaldo en sus filas, ausente por lesión. En su reemplazo, Gareth Bale se convirtió en la punta de lanza del siempre imponente ataque de los madrileños.

Barcelona, en tanto, ofrecía un deslucido espectáculo. El movimiento compacto del equipo perdió la sorpresa de antaño y hoy todo resultó predecible, espeso y con escasa velocidad para sortear la defensa de los blancos. Martino volvió a apostar con Neymar abierto por la derecha, Lionel Messi de falso "9" y Cesc Fabregas recogido en la derecha, pero la estrategia no daba luces de estar dando resultado.

La impecable presentación del Madrid encontraba premio en una contra, cuando trasncurrían solo 11 minutos de partido. Isco y Bale lideraron una contra letal que tuvo a Angel Di María, uno que hace rato no baja su nivel, como gran protagonista. El argentino aguantó la marca de Bartra y definió cruzado para abrir la cuenta, ante una floja reacción de Juan Manuel Pinto. 

De ahí en más, la "Casa Blanca" se asentó en un partido que le acomodaba por completo. Sin mucho esfuerzo, anulaba todo intento de Barcelona y generaba peligro en cada una de las contras con las que se encontraba. Pero los de Carlo Ancelotti no estuvieron finos de cara al arco, y llegando a los veinte minutos del final, aún sostenían una ventaja solo por la mínima. 

La ineficacia o el exceso de confianza ante un equipo como el de los catalanes siempre puede pagarse caro. Los de Martino seguían sin encontrar el rumbo en el partido, pero la cabeza de uno de sus jóvenes talentos los metería de vuelta en la final. Marc Bartra, que venía recuperándose de una lesión, le ganó a Pepe en un corner en el 68', y rompió la valla invicta de Iker Casillas en el campeonato. Un gol común y corriente, pero que anunciaba que los azulgrana aún estaban ahí, dispuestos a pelear.

Gol de los 100 millones de euros

Quedaban cinco minutos para el final y todo indicaba que habría alargue en Valencia. Sin embargo, el hombre que tenía la misión de suplir la ausencia de Cristiano Ronaldo tomaría la palabra. El mismo que causó polémica por su millonario traspaso a la capital española.

Gareth Bale arrancó desde la mitad de la cancha, se echó a su marcador al hombro, y llegó al área para vencer al discretísimo portero que cuidaba el arco catalán. El gol del galés desató la locura para la afición madrileña, y la desesperación, seguida de la desazón del archirrival. Soñado.

El 2-1 con el que finalizó el partido se transformó en un nuevo fracaso del proceso que lidera Gerardo Martino. Alexis Sánchez solo ingresó en los cuatro minutos finales, y nada pudo hacer para cambiar la historia. De no ser por un milagro en La Liga, Barcelona se comienza a despedir de la temporada, con una campaña que encuentra su fin de la manera más dolorosa.