Un joven tibetano se prendió fuego en la provincia de Gansu, al oeste de China, lo que eleva el número de estos casos a 29 desde que hace casi un mes estalló una escalada de inmolaciones, según informó la agencia tibetana Phayul desde el exilio.
Según fuentes de Phayul en la región, el tibetano, llamado Sungdue Kyab, trató de inmolarse el domingo, en una de las avenidas principales de la ciudad de Bora en la citada provincia china, cercana a un monasterio.
Sungdue se prendió fuego a modo de protesta por la opresión que ejercen las autoridades comunistas en la región y clamando por la libertad del "Techo del Mundo" y la vuelta del exiliado líder espiritual, el Dalai Lama.
De momento, se desconoce el actual estado de salud del joven tibetano, cuya edad ronda la veintena, no obstante, se piensa que podría seguir con vida.
Según indicó Phayul, poco después de prenderse fuego, las autoridades chinas llegaron al lugar de los hechos, apagaron las llamas que cubrían el cuerpo de Sungdue y le trasladaron a un hospital de una ciudad cercana.
Tras el suceso, otros tibetanos del municipio de Sungdue trataron de llegar hasta el hospital donde, al parecer, trasladaron al joven, si bien las autoridades chinas impidieron a los ciudadanos desplazarse.
Phayul alerta de que la situación en Bora es "tensa" y que las líneas de comunicación han sido cortadas.
La región vive una escalada de inmolaciones desde el 8 de noviembre, coincidiendo con la celebración del XVIII Congreso del Partido Comunista (PCCh) de China, un cónclave en el que se eligieron los líderes chinos que dirigirán el país los próximos diez años.
Desde esa fecha, se han registrado -junto al suceso de hoy- hasta 29 inmolaciones o intentos de inmolaciones.
En los últimos dos años, la cifra ya alcanza los 91, según los datos de la agencia tibetana.
La "tensa" situación en el Tíbet y en regiones chinas próximas al "Techo del Mundo" -y habitadas, en su mayoría, por tibetanos- ha llevado a que la comunidad internacional inste al Gobierno chino a parar estas tragedias.
Free Tibet y otras organizaciones en el exilio piden a Pekín que atienda las reivindicaciones de los tibetanos para frenar la ola de inmolaciones, mientras que el régimen comunista acusa al Dalai Lama -a quien la semana pasada se le negó visado de entrada en Taiwán- de alentar estas protestas con fines de políticos.
China considera al Tíbet parte del país desde hace siglos, por uniones dinásticas y conquistas en la época imperial, si bien para los tibetanos en el exilio el "Techo del Mundo" era virtualmente independiente hasta que fue ocupado por el Ejército comunista a principios de la década de los 50 del siglo pasado.