En 2005, yo trabajaba en un diario nuevo que no contaba con televisión por cable, de modo que iba al departamento de un amigo a ver los partidos de Chile en el Mundial Sub 20, que se disputaba en Holanda. El sábado 11 de junio, la Roja jugó con Honduras en Doetinchem. En cuanto finalizó la goleada de 7-0 a favor de Chile regresé a la redacción y allí comprobé no sólo que el espacio se había triplicado con el resultado, sino que el subdirector ya había escrito una columna titulando que el siete era un cifra mágica, el número de la suerte y otras tonterías. Fue inútil que le dijera que se trataba de Honduras, no de un rival calificado.

El plantel nacional era dirigido por José Sulantay y en él se hallaban Gonzalo Jara, José Pedro Fuenzalida, Matías Fernández, Pedro Morales, Fernando Meneses, Carlos Carmona y Marcelo Díaz, entre otros. Esa tarde anotaron goles Ricardo Parada (dos veces), Fuenzalida (dos), Fernández, Jara y Morales.

El martes 14 de junio, Chile se midió con España y repetí la operación de ir a ver la transmisión televisiva donde el amigo. Esa vez fue goleada de 7-0 en contra, con cuatro tantos de Fernando Llorente y dos de David Silva en Doetinchem. La expulsión de Jara antes de finalizar el primer tiempo resultó determinante, porque Chile arriesgó y lo demolieron de contragolpe. Al llegar a la redacción, el espacio había sido reducido a la mitad. Y la columna del subdirector estaba en blanco.  A minutos del cierre, el subdirector me preguntó por qué no había cerrado esas páginas. Le contesté que faltaba su columna. Se ofendió. Por fortuna, justo ese día el atleta jamaiquino Asafa Powell batió el récord de los 100 metros planos (9,77 segundos) y con esa nota llené el recuadro en blanco y pude cerrar las páginas a tiempo.

En septiembre de 1959, Brasil y Chile se enfrentaron en el estadio Maracaná por la Copa O'Higgins. Era la selección de Fernando Riera que se alistaba para la gira a Europa en 1960. En el encuentro nocturno, el Scratch goleó 7-0 con tres conquistas de Pelé. De quienes actuaron en ese cotejo, al Mundial 1962 llegaron Luis Eyzaguirre, Raúl Sánchez, Sergio Navarro, Mario Moreno, Armando Tobar y Leonel Sánchez.

El arquero chileno era Francisco Fernández, precursor del estilo que años más tarde popularizarían el argentino Hugo Gatti y el colombiano René Higuita al salir del área y eludir a los delanteros.

Como era de esperar, la goleada afectó a los jugadores chilenos que regresaron al hotel pasada la medianoche y no tuvieron ganas de cenar. Al despertar para el desayuno, cada uno encontró al lado de su cabeza la revista brasileña O Cruzeiro, que en su portada llevaba una fotografía en primer plano de Pelé. Los futbolistas entendieron que se trataba de una provocación y bajaron en masa a protestar a la  recepción del establecimiento. Cuando los ánimos se estaban caldeando y el asunto se ponía color de hormiga, el bromista Pancho Fernández confesó que él se había levantado temprano y recorrido varios kioscos para comprar el número de revistas suficientes y dejarlas en las almohadas de sus compañeros.

La noche del último sábado, ¡cuánta impotencia la de Ochoa!, seguro que el arquero mexicano no reaccionó después con el mismo sentido del humor de Pancho Fernández.