A 97 kilómetros al noroeste de Londres, se encuentra la ciudad de Oxford. Y a 80 kilómetros al norte de la capital inglesa, está Cambridge. Ambas ciudades son reconocidas mundialmente por el prestigio de sus universidades y por su amplia trayectoria. La Universidad de Oxford, la más antigua de habla inglesa, fue fundada en 1096 y la de Cambridge en 1209. Desde entonces, existe una fuerte la rivalidad entre ambas escuelas.
De la Universidad de Oxford se graduaron 52 premios Nobel, mientras que de Cambridge, 92. Pero Oxford tiene mayor tendencia a hospedar filósofos y escritores en sus aulas, como a J.R.R Tolkien, Oscar Wilde, o Aldous Huxley, mientras Cambridge es más apegada a la ciencia y la investigación. Allí estudió Charles Darwin, Isaac Newton y Alan Turing, entre otros. Año a año ambas instituciones, de las que se han graduado rostros reconocidos internacionalmente y primeros ministros como Margaret Thatcher y Theresa May, compiten en remo en el Támesis, en uno de los eventos deportivos más vistos en Reino Unido.
Pero ahora, Oxford dio un paso más adelante para desafiar a su adversario. La institución incluyó un nuevo elemento en la lista de rivalidades: un examen para medir el conocimiento de inglés para quienes este idioma no es su primera lengua. Cambridge lleva 100 años explotando este mercado casi sin competidores, a través de diferentes pruebas. Entre éstas destaca el First Certificate (nivel intermedio-alto), el Advance ( avanzado) y el Proficiency (dominio total).
De esta manera, Oxford llega a quitarle terreno y disputar ese método a través de un solo test de medición que se realizará de manera online. Este será como una suerte de "fotografía", ya que le permitirá a los alumnos conocer su nivel de inglés al instante. A diferencia de los exámenes de Cambridge, esta prueba no necesita un curso previo a la prueba. Los alumnos no aprobarán o reprobarán, sino que se acreditará qué nivel de inglés posee en ese minuto.
En la Oxford Test of English se tomarán en cuenta las cuatro habilidades lingüísticas: comprensión lectora, auditiva, escritura y expresión oral. Las primeras dos partes se contestarán con alternativas, mientras que en la otra mitad serán expertos de la universidad los encargados de evaluar el texto escrito por el alumno y la expresión oral. En esta última parte, los alumnos tendrán que someterse a situaciones de vida cotidiana, conversaciones, dar algún mensaje o contestar una entrevista de trabajo.
El formato de la prueba se asimila a otros exámenes internacionales, como el IELTS del Consejo Británico y aceptada por muchas instituciones académicas de habla inglesa, o su contraparte estadounidense, el TOEFL.
Según Oxford, la prueba se ha desarrollado con un equipo de expertos independientes. El examen se podrá realizar en centros certificados y durará dos horas, frente a las tres y media de los exámenes de Cambridge, que además tienen un elevado costo, que va desde los 50 hasta los 217 euros. Aún no está claro el costo de la prueba de Oxford.
"Llevamos décadas ofreciendo a profesores y alumnos materiales para el aprendizaje del inglés. Somos una referencia y estábamos esperando lanzar una prueba de certificación", dijo Peter Marshall, director de Oxford University Press.