Tras cinco meses de silencio, Pablo Echeverría sacó la voz: "Es una falacia que Moneda quisiera tomar el control de SQM". Así, el presidente de Moneda Asset Management desestimó uno de los principales argumentos de la defensa de Julio Ponce Lerou, en el caso que lleva en su contra la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), que lo acusó de cometer cinco infracciones a la Ley de Sociedades Anónimas y de Mercado de Valores.
En sus descargos, Ponce dijo que habría sido presionado por Moneda para fusionar Norte Grande, Oro Blanco y Pampa Calichera para hacer una ganancia de capital y quitarle el control de SQM.
Sin embargo, Echeverría recalcó que "de acuerdo a Ley 18.815, un fondo de inversión no puede tomar el control de una sociedad anónima abierta en Chile".
Mencionó que en los descargos de Ponce se dijo que todas las compras forzadas de acciones de Calichera, que se realizaron durante 2008, se hicieron para mantener y proteger el control de SQM. "Eso es falso, absolutamente falso. El control de Soquimich se consolidó bajo (la sociedad) Calichera entre fines de 2006 con un pacto de accionistas, y en 2007 con la posterior compra de más de 12 millones de acciones de SQM-A, lo que le permitió a Calichera alcanzar el 50,2% de la serie A y llegar al 32% de la propiedad de SQM", sentenció.
CONFLICTO HISTORICO
Echeverría dijo que decidió intervenir públicamente por la confianza que han depositado sus clientes y para velar por el mejor interés de los aportantes como lo impone la Ley de Valores.
En su exposición -de 20 minutos- calificó al caso cascadas como "uno de los conflictos de gobiernos corporativos más importantes que se haya desarrollado en Chile desde la crisis de los 80".
Indicó que como inversionistas minoritarios de Norte Grande y Oro Blanco tenían antecedentes que los hacían intuir que Ponce Lerou, a través de inversiones SQ, había buscado su beneficio personal por sobre el interés social de las firmas que forman parte de las cascadas, y que en estas operaciones los accionistas minoritarios -entre ellos las AFP y Moneda- estaban siendo perjudicados.
Detalló que, bajo el esquema utilizado, las sociedades abiertas en Bolsa con accionistas minoritarios en su propiedad consistentemente perdían dinero y veían afectado su patrimonio, mientras que las contrapartes que eran sociedades cerradas y ligadas en su mayoría al controlador y su círculo más cercano resultaban sistemáticamente beneficiadas.
Como autocrítica, Pablo Echeverría señaló que "en las cascadas nos equivocamos en el riesgo del socio".