Desde que debutó en Unión Española, Pablo Galdames (20) no sólo era la gran promesa del cuadro de colonia. Su nivel también ilusionaba a la Roja, a la que llegó silenciosamente en enero de este año en la China Cup. De ahí su ilusión de recibir un nuevo llamado. El volante, eso sí, se toma las cosas con calma. Es que al lado tiene un gran consejero, su padre, homónimo y de gran trayectoria en el fútbol. No quiere parecérsele, pero sí lo toma como un referente. Aquí, poco antes de medir las posibilidades de título de Iquique, sus sueños en diálogo con La Tercera.
¿Haber perdido con Palestinos los aleja del título?
Quedamos muy dolidos. Matemáticamente hay chances de ser campeones. Quedan cinco partidos y podemos hacer 15 puntos. Podríamos hacer 31 y la UC el semestre pasado fue campeón con 29. Depende de nosotros y a partir de con Iquique vamos a salir a ganar.
¿Qué piensa de Iquique?
Es un rival duro que hace una buena Copa Libertadores. Si no ganamos, estamos fuera. Así de simple.
¿Cómo evalúa el semestre?
Ha sido peor de lo que esperábamos. Teníamos ilusión de llegar a la fase de grupos de la Copa, lo creíamos posible, pero el partido en Bolivia fue un papelón.
¿Y su año personal?
Ha sido muy irregular. Perdí la titularidad porque sin mí el equipo ha funcionado bien. Desde que me senté en la banca contra Católica me dije que no podía estar ahí. Para eso estoy trabajando fuerte. Es mi primera meta. Hay que trabajar en silencio, sin reclamar y alentando a los compañeros desde afuera. La competencia es sana.
¿Qué opina de Palermo?
Con el cuerpo técnico me llevo muy bien. Son muy cercanos y se preocupan mucho. Sienten mucho el fútbol, son grandes profesionales y grandes personas.
El Círculo de Periodistas lo eligió como promesa, ¿le queda bien ese título?
El premio que me dio el círculo es muy importante, pero debo retribuirlo. Estoy por cumplir 21 y ya quiero dejar de ser la promesa para ser la realidad. Estoy para cosas grandes.
¿Le han llegado ofertas?
El semestre pasado hubo ofertas del extranjero, pero no se llevaron a cabo porque estaba tranquilo en Unión. Sé que Colo Colo y la U ofertaron, pero decidí quedarme. Era lo más sensato. Debo quemar etapas. Llevo ocho años muy cómodo en Unión, no estoy apurado por irme de un club que siento como mi casa. Quiero jugar la mayor cantidad de partidos aquí para acumular roce. Así es como el jugador se va puliendo de la mejor manera. Veremos si llega algo a mitad o final de año y lo evaluaré con mi familia y mi instituión.
¿Haría como su padre, que pasó de Unión a la U?
No quiero tratar de imitar a mi papá, porque va a ser muy difícil si lo vemos de esa forma. Él tuvo una gran carrera y yo hago la mía.
¿Cuánto sirvió para su crecimiento ir a la China Cup?
Me di cuenta de que el fútbol en Europa es mucho más físico que acá. Los islandeses y los croatas eran mucho más fuertes físicamente. Me demostró que hay un posible recambio y que la Selección es lo más lindo que te puede pasar. No hay mejor sensación.
¿Se ilusiona con jugar las Eliminatorias?
Es complicado por el torneo que estoy llevando. Ha sido una campaña irregular. Igual me ilusiono y lo pienso siempre. Sueño con jugar torneos tan importantes con Chile. Trabajo todos los días para eso.
¿Y la Copa Confederaciones?
Sueño con ser de los 23. La Selección tiene jugadores de gran calidad que tienen para rato jugando. Tengo que esforzarme al máximo y demostrar que puedo ser un aporte.
¿Qué opinión le merecen figuras como Vidal o Alexis?
Es una ventaja tener a esas figuras. Ver a Vidal jugando la Champions League con tanta jerarquía me da ilusión. Es mi jugador favorito y cuando lo veo pienso que es un tremendo crack. ¿Cómo lo hace? Cuando fui sparring en la Roja lo vi entrenar y evaluaba sus movimientos. Jugadores de esa talla sirven de referentes para darte cuenta que con sacrificio se puede llegar lejos.
¿Qué opinia de Pizzi?
Es un muy buen técnico. Es directo, y es sincero. Eso se agradece. Hace que el jugador se sienta cómodo.
¿Y su padre? Es como tener un técnico particular...
Es un consejero y aporta críticas constructivas a mí y a mis hermanos. No lo siento como un técnico en la casa, sino como un padre que le gusta el fútbol y que está feliz de ver a sus hijos jugar.
¿Qué le piden sus padres?
Me exigen una carrera universitaria y que además de jugar a la pelota estudie. Pero yo les dije que quería hacer una de las dos cosas bien y eso es lo que estoy tratando de hacer. Para hacer del fútbol mi vida tengo que dejar todo. Quizás más adelante estudie algo.
¿Cree que superará la carrera de su padre?
Es difícil superarlo. Él jugó Eliminatorias, Copas Américas, final de Libertadores. Superarlo no es algo que considere una meta, porque trabajo pensando sólo en mi camino. Si lo hago, no tengo dudas que él será el más feliz.
¿Le molestan las comparaciones?
He demostrado que estoy jugando por mi esfuerzo y talento, no por ser hijo de Pablo Galdames. Las comparaciones en mi familia ya no nos importan, porque todos jugamos en posiciones distintas. Llegan a ser tediosas.