Pablo Guede, tras otro sueño de loco

El ex DT de Palestino va hoy, ante Lanús, por la corona de la Primera División argentina, dejando atrás un semestre de altibajos.




A Pablo Guede, un jugadores le pidió: "Poné semáforos, por favor. Así no nos chocamos"… Fue en plena práctica, mientras  realizaban movimientos con pelota en un campo dividido en triángulos. El grito partió del cerebro de San Lorenzo, Néstor Ortigoza. Es imprescindible, por supuesto, adherirle los tonos para comprender que no fue un reproche; todo con una sonrisa.

Esa postal sirve para entender lo que provocó en su primer semestre en Argentina ese técnico que en Palestino dejó una huella. Al principio, disparó asombros y esperanzas; más tarde, críticas y cortocircuitos internos; y en este último tramo, cambios rotundos, victorias e ilusiones, tantas que hoy buscará tocar el cielo en la final del torneo ante Lanús.

Ayer, ubicó al partido como el más importante de su vida: "Este es un sueño que siempre tuve y acá estoy. Cumplirlo en este club y en un torneo tan competitivo me pone todavía más feliz".

Gambeteó muchos obstáculos; tantos que, en un instante tuvo actitudes surrealistas. Una tarde, como no quería que vieran una práctica, ordenó que se suspendiera un ensayo de patín femenino que se realizaba en una zona del estadio. Había una ventana con vista al campo y temía que alguien espiara… ¿Más? Se supo que, en plena etapa adversa, escuchó varias conferencias de prensa de sus jugadores escondido. Quería saber qué preguntaba cada periodista…

Llegó con altas obligaciones, para sustituir a Edgardo Bauza, técnico de estilo opuesto que además a San Lorenzo le había su primera Libertadores. Al Patón se le discutían sus exageradas precauciones. Guede desembarcó con la misión de inyectar audacia y los dirigentes le incorporaron los jugadores que solicitó.

Logró lo más difícil: un inicio arrasador. En el segundo duelo oficial, dio una vuelta olímpica, al ganarle la final de la Supercopa Argentina a Boca. Fue un 4-0 agendado para siempre en la memoria de los hinchas. Ese título, además, le aseguró el paso a la Sudamericana.

Después, realizó insólitas modificaciones. Al lateral Buffarini, lo puso en una inédita línea de tres defensores en un choque crucial de Libertadores, ante Toluca. En el entretiempo sacó a su jugador más desequilibrante, Ezequiel Cerutti. Al cabo, esa misma noche San Lorenzo no ganó. Ahí comenzó a modelarse la prematura eliminación copera.

La salida de la  Libertadores tuvo un impacto económico brutal, pero el equipo se encaminó a nivel local y redondeó una racha invicta de ocho fechas, con siete victorias consecutivas y un empate. Así ganó la Zona 1, aunque sufriendo hasta el último minuto. Todo lejos de jugar de acuerdo a los nombres del equipo. Todo lejos del aquel perfil ofensivo inicial. Todo muy cerca del rasgo calculador de Bauza.

A Guede lo resume muy bien el DT de Lanús, Jorge Almirón: "Fue incluyendo jugadores y hoy se lo ve con más solidez. Llegó con una idea un poco ambiciosa y se tuvo que adaptar al momento del equipo".

"Confiamos mucho en Pablo. Fue una gran apuesta y está demostrado que no nos equivocamos", viene repitiendo Marcelo Tinelli, el famoso conductor de TV que es vicepresidente de San Lorenzo.

"Es un entrenador de un presente muy importante, pero también con una proyección impresionante", adosa Matías Lammens, el presidente.

"Es de carácter fuerte. Y va al hueso. Cuando me enojé por salir con Huracán, me puso los puntos y me dijo: 'No me hagas más caras. ¿Vos sos boludo?'. Guede es un loco lindo", sintetiza Ortigoza.

Hoy, ese loco lindo buscará su segundo título en tres competencias disputadas. Guede quiere dejar una huella.

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