Es difícil toparse con un chileno que mida 2,00 metros y pese 117 kilos. Más aún, que sea seleccionado en un deporte y que, adicionalmente, participe en el torneo nacional más importante del mundo en su especialidad.
Tal es el caso de Pablo Huete Cibrario, quien brilla como segunda línea del Bayonne, club que este semestre logró su ascenso al Top 14 de Francia, con él como pieza vital, acompañado por otro chileno, José Ramón Ayarza, que actúa como pilar aunque con menos continuidad de Huete.
La relación de Huete con el juego de la ovalada ha sido tan natural como constante: alumno de The Grange y, coherentemente, jugador de Old Boys, se las arregló para desarrollarse como rugbista y obtener su título de ingeniero comercial en la Universidad de Chile. Desde hace tres años, además, se mantiene en un constante ir y venir que ha incluido pasos por Tasman Makos, de Nueva Zelanda, y los franceses Castres, Massy y Pau.
Ahora es compañero de plantel con jugadores como el argentino Martín Bustos Moyano o el sudafricano Willie du Plessis y enfrenta a leyendas como Ma'a Nonu, Brian Habana, Dan Carter o Thierry Dusautoir.
La tarea no ha sido sencilla, en todo caso, pues Bayonne (uno de los clubes del País Vasco francés) lucha por salir de los últimos lugares, aunque con resultados cada vez mejores, como el triunfo (16-13) ante el poderoso Toulouse.
Antes que Huete y Ayarza sólo otros dos chilenos han actuado en la Primera División francesa: los también forwards Sebastián Gajardo y Sergio Valdés.