El eurodiputado y doctor en ciencias políticas Pablo Iglesias Turrión fue elegido hoy secretario general del nuevo partido de izquierdas español Podemos con la propuesta de acabar con el bipartidismo en España.
Iglesias confirma así su liderazgo en Podemos, del que ha sido su imagen desde la presentación públicamente del partido por primera vez en enero de 2014 y que con menos de un año de existencia las encuestas le colocan en un tercer puesto en intención de voto, después del gobernante Partido Popular (PP) y el socialista (PSOE).
El primer secretario general de Podemos, curtido en las tertulias o debates televisivos, dice que quiere responder a las demandas ciudadanas y romper el bipartidismo en España.
Fue la gran revelación en las últimas elecciones europeas, que dieron a Podemos cinco escaños, y ahora se dispone a "disputar la democracia" a la 'casta', título del libro que ha publicado hace poco.
Pablo Iglesias llega al ruedo político procedente del universitario, el mismo en el que se gestaron buena parte de los movimientos sociales y estudiantiles que desembocaron en el 15M (el movimiento de los indignados) y acabaron germinando en Podemos.
Nacido en Madrid en 1978, es profesor honorífico de la Universidad Complutense, donde impartió clases de Ciencia Política hasta que el pasado mes de julio ocupó su escaño de eurodiputado.
Se sitúa en la izquierda ideológica: "No hay más que verme", declaró al explicar que Podemos no es un proyecto que haya que encasillar en la izquierda o la derecha, sino en la lucha del ciudadano contra el poder.
Una renuncia a la ideología, exigida por la coyuntura, que no se refleja en la trayectoria de Iglesias, quien dio sus primeros pasos en la política en la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), en la que militó desde la adolescencia hasta los 21 años.
A partir de 2001 participó activamente en el movimiento antiglobalización, en el que defendió la desobediencia civil como forma de lucha, asunto que fue también eje central de su tesis doctoral.
El 15M le sirvió de trampolín para saltar a la política activa, pero fue su paso por las televisiones lo que le valió la fama y la simpatía de muchos ciudadanos por ese profesor que rebatía en las tertulias sin alzar la voz.
También suscitó el rechazo de quienes le acusaban de no ser claro condenando a la banda terrorista ETA o de querer traer a España el modelo de Venezuela.
Rompe moldes también en imagen, muy distinta a la de los políticos tradicionales, que no en pocas ocasiones hablan de él como el chico "de la coleta".
Lleva a gala su formación universitaria -es doctor en Ciencias Políticas y licenciado en Derecho-, reconoce entre sus errores un exceso de arrogancia, y es aficionado a series como Juego de Tronos.