Ayer, Pablo Longueira llegó hasta el Congreso, en Valparaíso, para ser homenajeado por la UDI en el consejo directivo ampliado del partido. Luego del gesto de la colectividad, el ex candidato dijo a los medios confiar que la centroderecha volverá luego a estar en La Moneda, dado que "se va a valorar que este fue un muy buen gobierno". Ya en Santiago, en entrevista con La Tercera, el ex ministro profundizó sus dichos e, incluso, se sumó a quienes creen que Sebastián Piñera es de las mejores cartas para 2017.
Luego de la derrota electoral de la Alianza ha ganado fuerza la idea del recambio generacional. ¿Qué le parece?
Es fundamental abrir espacio a las nuevas generaciones, creo que los tiempos han cambiado. Hay planteadas por el Ejecutivo tres reformas muy importantes y eso requiere una nueva generación que conduzca un país que ha cambiado, y tenemos que saber en forma oportuna abrir esos espacios, sin perjuicio de que aquellos que han tenido el liderazgo podrán estar desde una segunda línea, colaborando con su experiencia al éxito de esa generación.
¿Pero los jóvenes se han ganado el derecho a ejercer el poder?
Cuando hablo de un cambio generacional, estoy hablando de un equipo que tenga la energía y la claridad para liderar a una centroderecha en un país muy diferente al que nos correspondió a nosotros. Pero, tal como lo advertí en el consejo, una cosa es que nos retiremos y otra es que nos den por viejos o jubilados, así es que estaremos muy atentos a que si esta nueva generación ocupa los espacios, lo haga de la mejor forma.
Dijo en el consejo que los chilenos van a valorar que se hizo un buen gobierno y que eso le permitiría a la centroderecha volver al poder.¿Eso es con Piñera a la cabeza o el recambio generacional también lo debe incluir a él?
En materia presidencial, nadie de nuestro sector que quiera aspirar a liderar la Alianza debe restarse, muy por el contrario. El vigor de un sector político nace de tener muchas opciones, y por cierto que una de ellas va a ser el actual Presidente Piñera. Tengo la convicción profunda de que si con Evelyn Matthei, que enfrentó un escenario muy adverso, con una candidata muy popular que, por cierto, la Concertación no la va a tener en cuatro años; con un programa de gobierno en algunas materias en el límite del populismo; con nueve candidatos a la primera vuelta, y lo que nos ocurrió a todos nosotros con mi retiro... Creo que si con ese escenario tan malo, igual Evelyn pasó a segunda vuelta, es claro que la centroderecha va a estar siempre en una segunda vuelta. Por lo tanto, tengo la convicción más profunda de que si hacemos bien las cosas, podemos volver mucho antes de lo que creen algunos.
¿Con Piñera como candidato?
Por cierto que el Presidente Piñera tiene todo el derecho a postular, no veo por qué va a dejar de ser una muy buena carta para el 2017.
El Presidente va a formar una fundación precisamente para defender su legado y proyectar su obra. ¿Va a participar?
No he sido invitado a participar. El Presidente me dijo que quería hablar conmigo, pero no lo hemos hecho. Por lo tanto, no sé si es para eso o para otras materias, pero me señaló que quería que nos juntemos, pero no he vuelto a conversar con él.
Volviendo al tema del recambio, en el caso de la UDI, ¿a quién ve en condiciones de asumir la conducción del partido?
La UDI debe tener un proceso de discusión, todos juntos, sobre cuál es el equipo que debe conducirnos. La UDI es un partido cuya fortaleza, históricamente, ha estado radicada en que hemos tenido la capacidad y el desprendimiento de conformar equipos.
¿Ernesto Silva es un buen nombre?
Creo que Ernesto y muchos otros reúnen las condiciones para liderar ese proceso. Pero más valioso que hablar de nombres es hablar de un equipo. El éxito de la UDI radicó durante 30 años en que hubo un equipo de personas capaz, con mucho desprendimiento, generosidad y complicidad. Así es que creo que hay que entrar en un proceso de discutir cuál será nuestro equipo, más que discutir quién será el presidente.
Eso es una mesa de consenso, sin elecciones, algo que se le critica mucho a la UDI.
Pero no una mesa de consenso nacida de las transacciones, no quiero que se confundan los términos. Tiene que ser una mesa que nazca de una discusión profunda, de un nivel de consenso de que es la mesa adecuada, pero no una mesa transada producto de rencillas y personalismos.
Se ha dicho que parte de la explicación por la derrota electoral de la UDI está en que se alejaron del mundo popular.
No me sorprende la derrota de la UDI, en ningún momento. Pero creo que la UDI popular debe entender que ese compromiso popular del partido fue un compromiso de vida de muchos dirigentes vinculados a un trabajo en terreno, comprometidos con la gente.
¿Pero no cree que el sello popular tenía más sentido hace 30 años, cuando este país tenía niveles de pobreza mucho más altos, y que hoy deberían reenfocar su discurso?
Claro que sí, este país ha cambiado. El involucramiento de la UDI en el mundo popular, en los campamentos, las poblaciones, conociendo el sufrimiento de las familias más vulnerables del país, hoy día debe replicarse en una sociedad diferente, en una sociedad de clase media emergente, con aspiraciones, con rechazo a los abusos, con una dinámica completamente distinta. Pero a la larga, y para esto vuelvo a reiterar una frase muy famosa de Jaime Guzmán, en la UDI se necesita 90% de transpiración y 10% de inspiración. Lamentablemente, algunos han cambiado este porcentaje, incluso lo han invertido.
Y en los temas doctrinarios, ¿también debería replantearse?
El partido tiene que asumir que la sociedad chilena cambió. Los partidos políticos en general, y la UDI también, deben asumir de qué forma se van a relacionar con la sociedad moderna de hoy.
Patricio Melero dijo que el matrimonio igualitario no es un tema de principios en la UDI.
Comparto con él que es un tema completamente debatible. En los temas valóricos es legítimo que existan posiciones distintas y hay que respetarlas. Tenemos que aprender a vivir con esa diversidad de opiniones y en eso cada uno fijará su posición. No me parece que la UDI deba impartir instrucciones en materias que son valóricas. Cada uno votará en conciencia.
Y ahora que no es candidato, ¿qué opina?
Yo no soy partidario del matrimonio igualitario, soy partidario del AVP, pero creo que la UDI no debe ser obstáculo para que se discutan todas estas materias. La sociedad chilena tiene que discutirlas y, finalmente, será la mayoría la que determine cuál será el proyecto de ley que se apruebe.
Dice que la UDI debe entender que la sociedad chilena cambió. ¿Eso tiene que ver con no molestarse ante situaciones como cuando el Presidente habló de cómplices pasivos de la dictadura o cerró el penal Cordillera, que fueron frases o decisiones compartidas por la mayoría, pero que su partido rechazó?
Los partidos políticos no deben tener el rol de defender el pasado, el rol esencial de los partidos es hablar de futuro. Lamentablemente, muchas veces en la UDI transmitimos más la sensación de estar preocupados de defender el pasado que de mirar al futuro. En todo caso, creo que era inevitable una discusión en Chile a raíz de los 40 años del Golpe, pero debemos entender que el eje de la sociedad chilena tampoco gira en torno a esos temas.