El retroceso del precio del cobre y la caída en las expectativas de crecimiento económico, a juicio del diputado Pablo Lorenzini (DC), pondrán en aprietos al gobierno en materia presupuestaria. Por eso, quien fue electo ayer como presidente de la comisión de Hacienda de la Cámara Baja recalca que buscarán despachar la reforma tributaria en el segundo semestre, para que pueda entrar en vigencia en enero de 2015. Sin embargo, anticipa que la propuesta que envíe el gobierno no saldrá intacta de la instancia que lidera.

Considerando que el oficialismo ya tiene los votos para aprobar la reforma ¿Qué margen real hay para que se recojan sugerencias?  

No vamos a pasar la aplanadora. Incluso hay temas que vamos a conversar dentro de la misma Concertación, como el IVA a la construcción o el Sipco.

¿Entonces la propuesta que la Presidenta anunció durante la campaña podría tener cambios?

Una reforma tributaria es una reforma pensada por lo menos para 15 años; lo que implica tres o cuatro gobiernos. Por lo tanto, si bien tenemos un enfoque y en los conceptos básicos puede haber discrepancias con algunos técnicos, estamos abiertos.

¿En qué medidas ve espacio para modificaciones?

No habrá cambios en las matrices, que son la eliminación del FUT y del DL 600, subir el impuesto a las empresas, bajar el impuesto a la renta y reforzar el control de la evasión y la elusión. La discusión estará en el cómo hacemos eso, en qué plazos, con qué gradualidad, a quiénes beneficiará, con qué condiciones…El gobierno está dispuesto a escuchar.

¿Pero qué propuestas podrían variar?

Se puede conversar, por ejemplo, sobre la forma de eliminar el FUT, o de qué manera se puede evitar que la eliminación del DL 600 afecte a las pymes. También está el tema de la depreciación acelerada, porque se debe cuidar que no sea utilizada por empresas medianas y grandes para eludir o evadir impuestos, así como hay que especificar qué tipo de activos podrán acogerse. Lo mismo con la rebaja del impuesto a los sueldos mayores. No todos estamos tan de acuerdo, ya que mucho de eso es evasión y elusión. Con otros diputados también hemos conversado sobre la importancia de incorporar una medida que permita que parte  de los impuestos queden en las regiones donde se generan.

¿Han planteado esas inquietudes al ministro de Hacienda?

Sí. Manifestamos nuestro apoyo a la reforma tributaria, pero no cabe duda que no va a salir de la Cámara 100% igual a como llegó. La reforma tributaria tendrá cambios. No en lo fundamental, pero sí tendrá atenuaciones, acomodos; se buscará la fórmula de que sea lo más empática. Eso debe existir sin lugar a duda. Vamos a trabajar, pero no vamos a acatar todo lo que venga desde el gobierno. Y eso el ministro lo entiende.

¿El gobierno está dispuesto a hacer cambios ahora o las modificaciones quedarán radicadas a la discusión legislativa?

Hubo un debate en torno a en qué medida hacíamos "la previa" y en qué minuto entrábamos después. Llegamos al acuerdo de que si se hacía muy larga la previa, no iba a entrar nunca el proyecto. Entonces la idea es que ingrese tal como está, pero que en las reuniones y a través del debate en el Congreso evaluemos y consideremos los aspectos que surjan. Pero no será al estilo Piñera, donde los proyectos pasaban rapidito.

Especialistas y empresarios plantean que es negativo para la inversión y el ahorro eliminar el FUT…

El FUT se va a eliminar. Eso está decidido. Pero el cómo y el cuándo, se puede conversar.  Hay matices.

¿Cuáles podrían ser los puntos de fácil aprobación?

El alza de impuestos a las empresas ya es una cosa aceptada. Habrá que ver si en un año, o en dos, pero en comparación con la Ocde nuestro país es uno de los que tiene menor carga tributaria.