Finaliza el 2016, el año de los aprontes presidenciales, y el estado de ánimo de los socialistas es contradictorio. Fue en este año que tuvieron una precandidata presidencial, Isabel Allende, que, contrario a lo que pedían sectores de su colectividad, terminó por declinar una carrera presidencial que nunca le acomodó del todo. Lo anterior hizo que en el último trimestre se instalaran tres precandidatos: el ex Presidente Ricardo Lagos, José Miguel Insulza y Fernando Atria. El problema, sin embargo, es que ninguno de ellos es medianamente competitivo frente al ex Presidente Sebastián Piñera, según las encuestas, y ninguno de ellos cohesiona a las bases del socialismo.
Junto a eso, la colectividad se encuentra en una encrucijada procedimental para definir al abanderado del PS, complejidad que el secretario general del partido, Pablo Velozo, sintetiza aquí.
"En rigor, hay sólo un escenario posible, que es hacer cumplir lo acordado en el comité central del 26 de noviembre: llamar a una primaria o consulta, que puede ser de ciudadanos o sólo de militantes. Desde luego, el central tendrá que tomar en cuenta los nuevos elementos que hay. Por ejemplo, el PPD va a proclamar el 14 de enero a Lagos. Eso significa que Lagos no participe de la consulta PS. Y si no participa, vamos a tener una consulta con dos candidatos, que son Fernando Atria y José Miguel Insulza. En ese escenario, el PS tiene que evaluar si va a hacer el esfuerzo de hacer esa consulta. Si el central evaluara que no va a hacer esa consulta, entonces el central debería optar por un mecanismo y por los candidatos que en ella participen", señala.
¿Es políticamente útil realizar primarias entre Atria e Insulza si su popularidad es ínfima?
Si no están todos los candidatos que tienen apoyo en la base socialista, es decir, Ricardo Lagos, Alejandro Guillier, Fernando Atria y José Miguel lnsulza, claramente esto tendrá un costo para el partido con el elenco incompleto. Eso tiene que ser sometido a una discusión.
¿Cuáles son los costos?
Podríamos llegar a una consulta entre dos candidatos que no marcan en las encuestas. En el caso de Atria, tendría que hacer un esfuerzo grande por ser conocido y subir sus niveles de adhesión, y en el caso de Insulza, que es muy conocido, subir sus niveles de adhesión. Y el segundo costo, que es obvio, es que eso necesariamente hace llegar al PS y al PPD con dos candidatos distintos.
Entonces, ¿fue un error del PS el no tomar en cuenta a tiempo la propuesta del PPD de lograr un candidato conjunto?
Sí, el problema es que nunca estuvo claro el mecanismo. Se dijo informalmente que eso tenía que ser una primaria conjunta, lo cual no está así de preciso en la carta del PPD, pero en las conversaciones sí se decía que era una posibilidad la primaria. También se dijo en una convención. Y, de hecho, debo señalar que todavía hay gente dentro el PS y del PPD que piensa en un evento en marzo del PS-PPD para elegir al candidato, un gran consejo general. Pero lo que hay hasta ahora es la imposibilidad de elegir a un candidato conjunto.
Hay sectores del PS que respaldan a Guillier. ¿Debería el PS analizar la posibilidad de apoyarlo?
Esa es la tesis de algunos diputados socialistas, lo que es legítimo. Ese tipo de opiniones deben tomarse muy en cuenta en el debate del comité central y someterlo a escrutinio. Eso es lo importante y verdaderamente democrático. Y aquí vuelvo a la posición de Atria, quien ha caricaturizado al PS, porque ha dicho que la única instancia democrática es una primaria ciudadana. Y la verdad es que el PS hizo una elección donde votaron 36 mil personas para elegir a sus representantes en el comité central. Fíjese usted que el 2013 la DC hizo una primaria entre Ximena Rincón y Claudio Orrego, y ganó Orrego. Y en la primaria de la Nueva Mayoría, Orrego salió tercero, esa es la realidad. Pensar que una primaria dentro del PS es garantía de democracia y participación, creo que es un error. ¿Qué pasa si en esas primarias participa poca gente?
¿Fue un error que el comité central de noviembre no hubiera resuelto el tema presidencial, aplazándolo hasta abril?
Probablemente, pero lo que yo observé en ese central es que no había ánimo de eso. Aquí somos todos responsables. Los seres humanos, y en especial los socialistas, somos expertos en no hacernos cargo de nuestra responsabilidad y entregársela a los otros. Hay que reconocer también, para ser justo con el comité central, que ese día, 26 de noviembre, lo que se pensaba era que Lagos iba a participar del mecanismo del PS, pero después hemos sabido informalmente que no lo va a hacer. Es una cosa que debemos consultarle formalmente al candidato Lagos, después de la proclamación PPD del 14 de enero.
¿No habla eso de la lejanía de Lagos con el PS?
Lo que ocurre es que todas esas dudas se dilucidarían si Lagos participara en una consulta, porque, para serle franco, él tiene apoyos sustanciales en el PS.
¿Lo mejor sería resolver el tema en el pleno del 21 de enero?
Esa es una opción, pero debe hacerse sobre la base de que todos estamos de acuerdo con que el comité central es un órgano democrático y autónomo.
En su opinión, ¿cuál es el mejor camino para el PS?
Lo ideal habría sido que todos hubiésemos sido capaces en el PS de ponernos de acuerdo en un mecanismo que no signifique los conflictos que hemos tenido hasta ahora. Estamos perdiendo un tiempo exquisito, estamos enredados viendo qué es más conveniente para uno u otro candidato, pero han perdido de vista lo importante: la unidad del PS, apoyar al gobierno hasta el final y ganarle a Sebastián Piñera.
Si Allende no hubiera bajado su candidatura, el panorama presidencial del PS sería más expedito...
En rigor, Isabel Allende estaba en las encuestas en una posición similar a la de Ricardo Lagos y de José Miguel Insulza. No puedo decir que haya sido un error, porque es una decisión que respeto mucho y que ella consideró que era necesario tomarla, porque con eso pretendía resguardar la integridad del partido. Por eso hago un llamado a los socialistas a que sigamos el ejemplo de la presidenta y resolvamos esto bien el 21 de enero.