A casi un año de la muerte de la cantante británica Amy Winehouse, quien falleció el 23 de julio del año pasado -a causa de una intoxicación etílica, luego de ingerir grandes cantidades de vodka- el padre de la artista, Mitch Winehouse, sostiene que su hija sí trató de alejarse del alcohol y las drogas.
El progenitor de la intérprete de Rehab asegura que durante tres años ella no consumió ningún tipo de droga y que respecto del alcohol, "bebía un día y luego dejaba por tres semanas". Esto lo manifestó en el reciente libro que escribió para recaudar dinero para mantener la fundación que acaba de crear para ayudar a personas necesitadas en Inglaterra.
Winehouse, una de las voces más importantes a nivel mundial en los últimos años, sólo tenía 27 años cuando falleció. Esta coincidencia hizo que los medios de forma inmediata la incluyeran en El Club de los 27, lista conformada por legendarios músicos como Jimi Hendrix, Kurt Cobain, Jim Morrison o Janis Joplin que también murieron a esa edad.
Según Mitch, la idea de entrar a este tipo de "clubes" no se ajusta al perfil que tenía su hija, pues desde pequeña estuvo fuera de lo común, sobrepasando concensos. "Al año aprendió a correr. Luego se fue volviendo más difícil", afirma.
Amy quería imponer siempre su voluntad y desde su época escolar usó piercings y tatuajes, tuvo problemas con los profesores, y manifestó su amor por la música.
Años más tarde la artista comenzó a realizar presentaciones en pequeños clubes londinenses y a los 18 años firmó su primer contrato discográfico.
En 2003 lanzó su primer álbum -Frank- que le valió tres discos de platino y una nominación para los Brit Awards. En 2006 le siguió Back to Black, el que la llevó a la fama. Dos años después recibió cinco premios Grammy, entre los que fue premiado su hit Rehab.
Sin duda para Mitch, la relación que Amy tuvo con su marido Blake Fielder-Civil (con quien se casó en 2007) representó un punto de quiebre en su vida. El padre de Winehouse sostiene que antes su hija rechazaba las drogas duras, pero que su marido la convenció de tomarlas. De hecho, afirma que ella nunca se había inyectado heroína, más allá de todos los mitos al respecto.
La vida de Amy ya era turbulenta en ese entonces, lo que provocó gran preocupación por parte de muchos fans de la artista. Esto se hizo manifiesto cuando en enero del año pasado, en un concierto en la ciudad brasileña de Recife, Winehouse se presentó borracha y se cayó al intentar hacer una pirueta de baile. Al mes siguiente, en Belgrado, mostró algo parecido, tambaleando en el escenario y olvidando las letras de sus canciones.