El padre de los hermanos Rojo, menores brutalmente golpeados al interior de su casa de Puente Alto el 17 de enero de 2008, dijo nunca imaginar "un vuelco así en el caso", cuyo juicio terminó ayer con su esposa Jeannette Hernández declarada culpable del crimen.
En declaraciones a La Tercera, asume que fue la mujer quien asesinó a Esteban (7) y dejó con daños neurológicos irreversibles a Pablo (15). "Ella era culpable y yo más allá no puedo hacer nada", sostuvo. Agregó que ante la determinación del Tribunal Oral de Puente Alto "no puedo estar contento (…) se cumplió una condena no más".
Antecedentes contenidos en la carpeta investigativa de la fiscalía, indican que Hernández agredió violentamente a sus hijos motivada por los celos y sospechas de infidelidad de su pareja. A raíz de ello, utilizó un martillo para llevar a cabo el ataque. La mujer será condenada por parricidio y parricidio frustrado.
"La justicia dictaminó de acuerdo a una investigación, de acuerdo a lo que tenía el Ministerio Público. Yo acato eso solamente", sostuvo el padre de las víctimas.
Sin embargo, aclara, "yo nunca me imaginé un vuelco así en el caso, siempre esperé que apareciera un tercero, alguien que haya hecho el daño y que no haya sido mi señora", aunque en el juicio, que "saliera con una cosa, que saliera con otra, al final me dejó mucho para analizar".
Durante las dos semanas de audiencias, Hernández fue constantemente cuestionada por sus contradictorias declaraciones, que llevaron a los jueces a tal resolución. La mujer arriesga presidio perpetua calificado, es decir, 40 años de cárcel sin opción a beneficios.
"Si la Jeannette estaba ahí (acusada) es por algo, por sus contradicciones, por sus mentiras, por su no justificación de ciertas cosas que hizo ese día. Entonces dije yo, la Jeannette algo oculta", confiesa Rojo.
Consultado sobre el futuro de su hijo mayor, comentó que "lo voy a sacar adelante con fuerza, con la ayuda de mi familia. Por que yo me creé una coraza hace harto tiempo".