El 24 de marzo de este año el Obispado Castrense inició una investigación contra el sacerdote Sebastián Navarrete debido a los vínculos que tendría en la venta del Colegio Apoquindo y lo está indagando por los posibles delitos o faltas en lo relativo a la posesión y administración de bienes.
En un comunicado, Navarrete salió a aclarar ciertos puntos.
El padre señaló que "en relación a los recursos producto de la venta del Colegio Apoquindo, desde el mismo día de su pago estos se encuentran a disposición del establecimiento".
"La única gestión que he realizado al respecto –en mi calidad de apoderado de la sociedad dueña del inmueble- correspondió al retiro de los documentos de pago del precio, para los efectos antes señalados, dando con ello cumplimiento a las instrucciones notariales", agregó.
Además, el padre indicó que no tenía facultades "para actuar individualmente en representación del Colegio Apoquindo, y solo puedo hacerlo en forma conjunta y simultánea con otros representantes debidamente facultados".
También explicó que sus bienes personales "son públicamente declarados, en forma periódica, a la Contraloría General de la República".
Por último, sobre las versiones que indicaban que estaba inubicable, aseguró en la misiva que "durante todo este tiempo he estado en forma ininterrumpida trabajando en la Iglesia Nuestra Señora de Loreto, como lo hecho durante los últimos 27 años y en permanente contacto con la comunidad".