Un grupo de padres de alumnos de una escuela primaria del estado norteamericano de Florida quiere que las autoridades envíen a una niña a estudiar a su casa, para que sus compañeros no se vean obligados a cumplir con una serie de medidas higiénicas para evitarle brotes de alergia.

El caso estalló en una escuela básica de Edgewater, en  Florida, donde los directivos impusieron una serie de obligaciones a los alumnos -como lavarse las manos o enjuagarse la boca- para ayudar a evitar que la niña sufra brotes de su alergia al maní o sus productos derivados. 

Además del lavado de manos y enjugado de bocas, las autoridades escolares ordenaron la desinfección periódica de los pupitres y prohibieron la venta de productos con maní en el edificio.

Pero, para algunos padres, las medidas -que deben ser cumplidas por ley- son demasiado exigentes y "quita" a los niños tiempo de sus estudios.

"¿Qué viene ahora? ¿Cómo vamos a terminar?", decía el cartel de una de las madres enojadas durante una manifestación en una carretera cercana a la escuela.

Las protestas fueron recogidas en un reporte de la cadena televisiva CNN, ante cuyos micrófonos varios de estos padres se quejaron.

Al parecer, los padres indignados sacaron cuentas y estimaron que los niños "pierden" 30 minutos de clases por tener que lavarse las manos o enjuagarse la boca antes de entrar al aula. 

La cadena CNN intentó obtener declaraciones de la familia de la niña, pero sin éxito, mientras se especula con cuál será el destino escolar de la pequeña, de sólo 6 años.

Por lo pronto, la escuela está obligada a cumplir con las leyes que protegen a las personas con discapacidades, pero -por el otro- queda por verse cómo resisten la niña y su familia la presión constante de padres enojados marchando en favor de su expulsión del colegio.