La imagen de un brigadista del candidato Gonzalo Cornejo en Recoleta corriendo por la calle con un arma en la mano, no dejó a nadie indiferente. Al día siguiente los candidatos y partidos rechazaron la violencia, poniendo en el debate la figura de estas personas durante el periodo de campaña.
Los brigadistas son parte del paisaje electoral. Instalan propaganda, entregan volantes, cuidan carteles y muchas veces son acusados de destruir la propaganda opositora. Según fuentes ligadas a las campañas políticas con las que habló La Tercera, hay tres tipos de brigadistas, los que instalan propaganda, los que la cuidan y los que son "contratados" para destruir carteles, los que usualmente trabajan de noche.
Los partidos políticos, sin embargo, solo reconocen la existencia de los dos primeros tipos.
Víctor Maldonado, secretario general de la DC, afirma que las personas que trabajan para su partido y con sus candidatos "son poquitos. En nuestro caso la propaganda es poca y cuidarla es fácil porque no es mucha".
Por su parte, Rodrigo Arévalo, coordinador del área oriente de Santiago de la UDI, niega rotundamente que su partido cuente con brigadistas para las campañas, aunque reconoce que el tema depende de cada candidato. "Nosotros no contratamos brigadistas, pero hay gente que instala las palomas. Cada candidato conoce a su equipo de campaña, hay algunos que instalan ellos mismos su propaganda y la trasladan", agrega.
En cuanto a la vinculación con barras bravas, que fue denunciado por el programa Informe Especial de TVN en julio de este año, y que no fue negado ni asumido, se señala que ya no es usual que participen, pero que a veces participan en algunos sectores de Santiago donde las barras son muy fuertes.
¿Cómo funciona?
El trabajo de los brigadistas consiste básicamente en instalar la propaganda y cuidarla, usualmente los enfrentamientos se producen cuando se destruyen los carteles de los oponentes, lo que casi siempre ocurre de noche. Debido a esto, la mayoría de las candidaturas optan por trabajar fuera de ese horario.
"Nosotros trabajamos de día, nadie de noche porque tenemos órdenes de no hacerlo. Tratamos de alejarnos de todo lo que es la violencia y no pasar malos ratos", dice Javier Olivares, brigadista que participa en la campaña del candidato a alcalde de Viña del Mar, René Lues.
Por su parte, Rodrigo Arévalo añade que cada candidato "actúa de acuerdo a sus necesidades", pero que se les recomienda hacer la propaganda de día y evitar los enfrentamientos. "No queremos vernos enfrascados en hechos de violencia, estamos por campañas limpias, que toman en consideración al vecino", indica.
¿Se les paga?
Una de las grandes incógnitas es el pago que reciben los brigadistas. Si bien algunos reconocen que hay un precio por instalar determinada cantidad de propaganda, nadie habla abiertamente del tema.
Víctor Maldonado explica que si bien depende de cada candidato y que la DC no cuenta con "grandes brigadas", se muestra de acuerdo con el pago. "Tiene que ser algo profesional. Es un trabajo que ellos realizan muchas horas al día, por eso no veo problema con que se les pague".
En tanto, Arévalo dice que como la UDI no cuenta con brigadistas como tal, no hay un pago establecido, pero que sí se cancela una determinada cantidad de dinero por paloma instalada. "Nosotros no tenemos brigadistas, aunque se paga por cada paloma instalada. Hoy se cobra entre $1.500 y $2.000 por paloma, lo que depende del sector y del candidato, eso fluctúa de acuerdo a varios factores", describe.
Además puntualiza que "instalar una paloma no significa destruir la propaganda de otro candidato", y que si se comprueban ese tipo de acciones, no se llama más a esas personas a participar de la campaña.
Finalmente, el brigadista Javier Olivares señala que en cuanto a lo económico "en algo nos ayudan", pero que el trabajo es mayoritariamente voluntario. "Los que trabajamos en esto somos más bien idealistas", puntualiza.