Cada vez que vayas al supermercado, piensa dos veces antes de llenar el carrito de compras.
Y es que en América Latina se desperdician 348.000 toneladas de alimentos al día, cantidad suficiente para dar de comer a todo Perú. En total son 127 millones de toneladas de alimentos perdidas al año.
Es decir, la región pierde alrededor del 15% de sus alimentos disponibles, a pesar de que 47 millones de sus habitantes -8% de la población- pasan hambre.
"Lo que se pierde y desperdicia en los alimentos solamente a nivel de venta es más de lo que se necesita para alimentar a todas las personas que padecen hambre en la región", asegura Eve Crowley, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Chile.
El total de 127 millones de toneladas de comida significa que, en promedio, cada latinoamericano malgasta 223 kilosde frutas, verduras, carne, pescado y productos lácteos al año.
En el continente, los países que más desperdician son Argentina, Brasil, México y Colombia.
Los argentinos no consumen el 12,5% de lo que producen. O lo que es lo mismo, 16 millones de toneladas al año se desaprovechan en el país. La mayoría de esta cantidad -14,5 millones- se pierde antes de llegar a los consumidores.
En el caso de Brasil, la cifra asciende a 14,6 millones de toneladas anuales, suficientes para alimentar a 19 millones de brasileños, según la FAO.
El siguiente es México que, con 10,4 millones de toneladas, es uno de los países que más desperdicia en términos relativos ya que estos alimentos corresponden al 37% de los que el país produce.
Cierra el grupo Colombia, con 9,7 millones de toneladas. (Ver gráficos al final)
A pesar de lo escandalosas que resultan las cifras, la FAO estima que "sólo" el 6% de las pérdidas mundiales de alimentos se dan en América Latina y el Caribe.
Y es que, a nivel global, entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano acaba en la basura.
Según Allan Boujanic, representante de la FAO en Brasil, estas pérdidas "causan un perjuicio estimado en US$940.000 millones al año".
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El 37% de los alimentos que se producen en México no acaban siendo consumidos.[/caption]
Teniendo en cuenta que en el planeta se desechan 1.300 millones de toneladas anuales, suficientes para alimentar a 2.000 millones de personas, no es de extrañar que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU asegure que hay suficiente alimentos para que todos los habitantes del planeta tengan lo necesario para vivir una vida sana y productiva.
La culpa de que 1 de cada 9 habitantes del planeta pase hambre se puede atribuir a la gestión que hacemos de la comida.
No hay más que analizar las cifras que maneja la FAO.
Según la organización, el 55% de las frutas y hortalizas, el 40% de las raíces y los tubérculos, el 33% de los pescados y mariscos, el 25% de los cereales y el 20% de las oleaginosas y legumbres, productos lácteos, y carnes que se venden en América Latina acaban en la basura.
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En América Latina, el 20% de la carne producida no se consume.[/caption]
"Estamos destrozando nuestro planeta para cultivar alimentos que nadie come", asegura Tristram Stuart, autor de Despilfarro: el escándalo global de la comida, en el documental Just Eat It.
Por esta razón, y porque las pérdidas afectan a la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, reducen la disponibilidad de alimentos, perjudican a los ingresos de los productores y provocan que aumenten los precios para los consumidores, la FAO anima a la región a ser más eficiente, sostenible y justa en la manera que produce y distribuye alimentos.
Frenar el desperdicio de alimentos "es fundamental para avanzar en la lucha contra el hambre y debe convertirse en una prioridad para los gobiernos de América Latina y el Caribe", explica Raúl Benítez, representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
Además, recuerda la organización de la ONU, la utilización no sostenible de los recursos naturales afecta negativamente al medio ambiente.
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Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, hay suficiente comida para que nadie pase hambre en el mundo.[/caption]
Aunque a nivel consumidor los latinoamericanos son responsables del 28% de la comida malograda, el 72% remanente se pierde en el resto de eslabones de la cadena alimentaria: 28% a nivel de producción, 17% en mercado y distribución, 22% durante el manejo y almacenamiento y 6% a nivel de procesamiento.
Mientras que las razones de que los consumidores tiren comida suelen estar relacionadas con la mala planificación a la hora de comprar y los errores que se cometen en el momento de conservar los alimentos, a nivel profesional las causas son menos obvias.
En el proceso de producción, por ejemplo, se descartan muchas frutas, verduras o pescados que, por razones estéticas o de tamaño, no cumplen los estándares que muchas compañías exigen a los agricultores y pescadores.
En los siguientes dos niveles, distribución y almacenamiento, los alimentos se pierden principalmente por culpa de las malas prácticas durante los procesos de manipulación y refrigerado.
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El 72% de los alimentos se pierde en los procesos de manipulación, distribución, almacenamiento y procesamiento.[/caption]
Además, en estos procesos de descarte también influyen reglas de etiquetado de fecha de caducidad rígidas o mal entendidas.
Por último, las pérdidas -en cualquiera de los niveles analizados anteriormente- son mayores en los países en desarrollo debido a la precariedad de las infraestructuras, el bajo nivel tecnológico y la falta de inversiones en los sistemas de producción alimentaria.
A nivel consumidor, sin embargo, el problema es más grave en los países industrializados.
Y es que mientras el desperdicio per cápita entre los consumidores es de 95-115 kg anuales en Europa y Norteamérica, en el África subsahariana, en Asia meridional y el Sudeste asiático se tiran solamente entre 6-11 kg por persona, asegura la FAO.
Estos son los países que más y menos alimentos desperdician en Latinoamérica: