Un terrorista suicida detonó una bomba en un mercado al noroeste de Pakistán, que según la policía causó 32 muertes. El atentado ocurre en el último viernes del Ramadán.
El ataque tuvo lugar a las 10:00 (00:00 hora de Chile) en un mercado de las cercanías de la ciudad de Kohat, situada en la Provincia paquistaní de la Frontera Noroeste (NWFP), explicó el jefe administrativo de la zona, Mehtabul Hassan.
Un portavoz de la Policía de Kohat, Fazal Naeem, dijo que el suicida circulaba a bordo de un jeep cargado con unos 150 kilos de explosivos, y lo hizo estallar junto a una parada de autobús situada cerca de un hotel, en el mercado de Kacchapakka.
Naeem afirmó que la explosión dejó un agujero de casi tres metros de profundidad y cuatro de ancho, y anunció que la Policía consiguió recuperar la cabeza del terrorista suicida.
La intensidad de la explosión fue tal que parte del hotel y varias pequeñas tiendas se derrumbaron, por lo que las autoridades temieron desde el principio que hubiera personas atrapadas bajo los escombros y pudiera aumentar el número de muertos.
"La gente que estaba allí tuvo que ayudar a sacar los cadáveres y heridos. No había ni Ejército ni Policía. La gente del Ejército acaba de llegar ahora", denunció enfadado Hassan.
Poco después del ataque, las autoridades declararon el estado de emergencia en todos los hospitales de la ciudad para atender a los heridos, unos 40 según el jefe administrativo, aunque los centros sanitarios elevaron la cifra a unos 50 y el portavoz policial los cifra en 60.
Tras el ataque suicida, un grupo de lugareños enfurecidos apedreó varios coches en la carretera de Hangu a la altura de Kacchapakka, aunque de todos modos la Policía cortó el tráfico y acordonó la zona para investigar el ataque y recoger pruebas.
Tanto el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, como el presidente del país, Asif Alí Zardari, de visita oficial en Londres, condenaron el atentado, expresaron su solidaridad con las víctimas y apostaron por eliminar el integrismo en el país.
Pakistán celebraba hoy el último viernes de Ramadán, por lo que las fuerzas de seguridad habían alertado a la población de que podrían registrarse acciones y atentados de los integristas, muy activos en las áreas del noroeste.
Los talibanes paquistaníes acostumbran a golpear a las fuerzas de seguridad, aunque también efectuados ataques contra hoteles, concentraciones religiosas o áreas concurridas, con un alto coste para la población civil.