Tras cinco horas de enfrentamientos, el ejército y la policía de Pakistán dieron por terminada hoy la toma de rehenes en una escuela, protagonizada por un comando talibán y que dejó al menos 136 muertos, la mayoría menores.

Los seis atacantes están muertos, confirmó un comunicado militar. "El edificio ya es seguro", se añadió, después de que las tropas registraran todo el lugar en busca de bombas.

Según los militares, "cinco extremistas fueron abatidos por los comandos y uno detonó un chaleco explosivo al ser rodeado por las tropas". 

Los talibanes atacaron por la mañana la escuela, administrada por el ejército, y tomaron a unos 500 alumnos y profesores como rehenes, a los que mantenían encerrados en un auditorio.

Las fuerzas de seguridad iniciaron una operación poco después del inicio del ataque, anunció Pervaiz Khattak, ministro jefe de la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa. El área fue acordonada y los helicópteros sobrevolaban la zona.

Los talibanes paquistaníes aseguraron que la masacre es una represalia por el sufrimiento de sus familias por la ofensiva del ejército en las zonas tribales del noroeste de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán. Los militares llevan meses combatiendo allí a los grupos extremistas talibanes y los ligados a la red Al Qaeda.