El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, anunció hoy el fin de la moratoria sobre la pena de muerte para los casos de terrorismo tras la masacre talibán que acabó ayer con la vida de 148 personas, la mayoría niños, en una escuela en Peshawar, informó a Efe una fuente oficial.
El portavoz de la Oficina del primer ministro, Musaddiq Malik, explicó que Sharif decidió levantar la moratoria de ejecuciones impuesta en 2008 por el anterior Ejecutivo tras la matanza ayer de 132 niños.
Malik indicó que el jefe del Ejército, Raheel Sharif, ha sugerido que la medida se aplique a los "terroristas" que ya han sido condenados y cumplen penas de prisión.
"El mayor problema que tenemos ahora es estos terroristas que han sido arrestados... ¿Cómo debemos lidiar con ellos", afirmó Sharif en una rueda de prensa tras el anuncio del levantamiento de la moratoria.
"¿Cómo deben concluir sus juicios? ¿Qué castigo se debe aplicar?", se preguntó el mandatario.
Tras la rueda de prensa, Sharif se reunió con los principales partidos políticos para discutir la situación tras el ataque que ayer él mismo calificó de "tragedia nacional".
Los tribunales paquistaníes continúan sentenciando a muerte aunque las ejecuciones no se llevan a cabo desde 2008.
Amnistía Internacional calcula que unas 8.000 personas están en el corredor de la muerte en las cárceles paquistaníes por alguno de los 28 delitos para los que está prevista.
Pakistán amaneció hoy de luto, con banderas a media asta, colegios cerrados y el inicio de los funerales, tras una noche de vigilias y rezos en mezquitas.
El ataque se produjo ayer en un colegio gestionado por el Ejército en Peshawar, dejando un total de 132 estudiantes y 9 empleados del colegio muertos y 131 heridos.
También fueron abatidos los siete terroristas dentro de la escuela.
El principal grupo talibán pakistaní, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), reivindicó el ataque y lo justificó asegurando que para el "Ejército nuestras familias son objetivos" en las operaciones militares lanzadas contra los insurgentes en las zonas tribales de Waziristán del Norte y Khyber.
El ataque, uno de los peores en el país asiático en los últimos años, ha generado un enérgico rechazo internacional, con condenas del presidente de EEUU, Barack Obama, y los mandatarios de la India, Narendra Modi; Afganistán, Ashraf Gani, y el coordinador de Naciones Unidas en Pakistán, Timo Pakkala.