Científicos en Taiwán ha descubierto colágeno preservado en un fósil de dinosaurio de la primera etapa del Jurásico, de unos 195 millones de años de antigüedad, según un estudio publicado hoy por la revista Nature.
La investigación liderada por el National Synchrotron Radiation Research Center de Hsinchu llevó al hallazgo de una proteína conservada en buen estado que supera en torno a un siglo a la antigüedad récord conocida hasta ahora.
El tejido blando de tipos de proteínas como el colágeno es una fuente única de información biológica y evolutiva, pero su conservación se complica durante el proceso de fosilización, explican los expertos.
Además, cuando los científicos encuentran un ejemplar en buen estado, se topan con dificultades técnicas para extraer la proteína preservada en el fósil, lo que puede acabar dañando la valiosa muestra.
Para su estudio, el investigador jefe, Yao-Chang Lee, y colegas en China y Canadá, recurrieron a una técnica denominada "sincrotrón in situ Fourier", que transforma espectroscopia de infrarrojos para examinar la composición química del hueso fosilizado del dinosaurio, sin necesidad de extraer su contenido y evitando así su contaminación.
Los restos del Lufengosaurus adulto ("reptil de Lufeng"), el dinosaurio más común durante la primera etapa del período Jurásico, tenían unos 195 millones de años de antigüedad, destacan los autores.
Su análisis, explican, reveló la existencia de fragmentos preservados de proteína, que presentaban características típicas del colágeno, en los canales vasculares de los huesos largos, como costillas, de ese vertebrado terrestre.
Los científicos también efectuaron exámenes con espectroscopias de Raman -nombre del investigador indio que inventó esta técnica, basa en la luz láser-, para identificar partículas de hematites en sus canales vasculares.
Los autores sugieren que los hematites se formaron como consecuencia de la degradación de hemoglobina y de otras proteínas ricas en hierro presentes en la sangre.
Asimismo, el colágeno pudo mantenerse en buen estado gracias a que los hematites rellenaron los canales vasculares y crearon un medio inorgánico, ideal para su conservación.
Este estudio, señalan los expertos, demuestra la validez de estas técnicas analíticas para obtener pruebas sobre la preservación de proteínas en fósiles.