El encuentro  israelo-palestino previsto para este lunes en la ciudad cisjordana de Jericó  fue anulado tras la muerte de tres palestinos por disparos de soldados  israelíes en el campo de refugiados de Qalandiya, cerca de Jerusalén, anunció  un responsable palestino.

"El encuentro, que debía celebrarse hoy en Jericó, fue anulado tras el  crimen cometido por Israel en el campo de Qalandiya", dijo este  responsable, que requirió el anonimato.

Las muertes se produjeron durante los disturbios producidos en el campo de  refugiados, tras la llegada de una unidad de la guardia fronteriza para detener  un palestino,  según la policía israelí.

Tres palestinos, Robin Fares, de 30 años, Yunes Jahjouh, de 22 años, y  Jihad Aslan, de 20 años, fallecieron y 20 personas más resultaron heridas por  munición real, según fuentes de seguridad palestinas.

Los guardias fronterizos utilizaron "medios anti disturbios" para dispersar  a unos 1.500 palestinos que los apedreaban, indicó una portavoz de la policía,  que por el momento no evocó víctimas ni confirmó los disparos con balas reales.

El lunes "por la mañana, temprano, una unidad de guardias fronterizos  efectuó una operación en el campo de Qalandiya para detener a un terrorista",  dijo la portavoz Louba Samri.

Después de la detención, unos 1.500 habitantes del campo atacaron a los  soldados con piedras y cócteles molotov, por lo cual el ejército respondió con  medios antimotines, agregó Louba Samri.

Hubo heridos que fueron transportados a los hospitales palestinos "pero no  podemos decir si hubo muertos", agregó la portavoz.

Tres guardias fronterizos fueron levemente heridos por pedradas, concluyó.

En declaraciones, el portavoz de la Presidencia palestina, Nabil  Abu Rudeina, acusó a Israel de querer "destruir el proceso de paz" e instó a  los Estados Unidos a "actuar para que la paz no sea aniquilada".

"Denunciamos duramente la masacre de esta mañana en el campo de Qalandiya",  añadió.

Israelíes y palestinos retomaron las negociaciones de paz tras intensos esfuerzos del secretario de Estados estadounidense, John Kerry, que reunió a  ambas partes en un primer encuentro en Washington el 30 de julio.