Palestino es uno de los mejores equipos del medio local. Su sexta ubicación en el Torneo de Apertura es algo engañosa, porque con seguridad tiene un juego superior a varios cuadros que le anteceden.

Esta noche, en el duelo de ida por los cuartos de final de la Copa Sudamericana, chocó contra un rival que viene de un medio de nivel superior. Y además, es precisamente el que tiene el fútbol de mayor jerarquía. Está segundo y avanza en la Copa Argentina, pero basta con ver cómo juega San Lorenzo para comprender por qué hoy completó su undécimo partido oficial y consecutivo sin derrotas. Los de Diego Aguirre vencieron por 2-0.

Palestino realizó su fútbol habitual, con orden y buen manejo de parte de Leonardo Valencia y Matthías Vidangossy, principalmente. Bastó sin embargo, un pase filtrado para que un centro de Marcos Angeleri terminara en un preciso cabezazo de Martín Cauteruccio (7').

Ahí se hizo patente la diferencia entre uno y otro. Ambos saben a qué juegan, pero el contraste surge en la ejecución en las zonas e instancias decisivas. San Lorenzo se mueve en un bloque de no más de 25 metros de profundidad y espera con paciencia para acelerar en velocidad y sorprender a sus rivales, aunque sean tan ordenados como la buena escuadra de Nicolás Córdova.

El segundo tanto fue similar y reiteró que, aunque previsible, el ataque de los argentinos se mueve con una precisión indesmontable. Por más que los árabes se oponían, no podían controlar el buen manejo de Fernando Belluschi. Hoy, con dos pases dejó en claro que la veteranía le da valor agregado a su fútbol; en la segunda ocasión, el beneficiado fue el uruguayo Mathías Corujo, quien asistió con precisión a Nicolás Blandi. Al goleador de los Cuervos le bastó tocar el balón, casi en área chica, para establecer el 2-0.

Los tricolores, de cualquier modo, tuvieron algunas aproximaciones más que interesantes, como un centro de Valencia que, a los 11', Leandro Benegas no logró dirigir adecuadamente.

En el segundo tiempo, el marcador pudo cambiar de manera temprana, tanto para uno como para otr, aunque siempre con la sensación latente de que los locales estaban más cerca de aumentar, manejados desde el fondo por la salida pulcra de Néstor Ortigoza y con varios receptores en las líneas más avanzadas.

A lo individual, San Lorenzo agregaba la solidaridad y el orden, manejando los tiempos del partido a la perfección; así, si Palestino apretaba en el medio, siempre los apremiados tenían posibilidades de descarga hacia adelante o hacia atrás. De ese modo, la visita se desgastaba mucho, pero sin la eficacia necesaria para poner en verdaderos aprietos al arquero Sebastián Torrico.

Tal vez lo que le faltó a la escuadra de Córdova fue trabajar a otro nivel de velocidad, porque los dueños de casa siempre estuvieron ordenados en el fondo, con relevos precisos, además, cuando los laterales rojiazules eran sorprendidos fuera de posición.

Por eso, el equipo de Diego Aguirre mereció el triunfo, en un partido de muy buen nivel técnico. Fue 2-0 y, por lo visto, Palestino tendrá que rendir al máximo de su potencialidad para intentar el paso a las semifinales de la Sudamericana, donde fue el único cuadro salvó el flaco honor del fútbol chileno.