Se lo prometieron entre lágrimas, justo después de una de las tantas crisis de abstinencia que tuvo Charly García durante su recuperación: "Cuando vuelvas a tocar voy a estar ahí", le dijo Palito Ortega (67) y cumplió.

El 30 de marzo pasado, frente a la Basílica de Luján, casi como si estuvieran agradeciéndole a las divinidades por lo que a todas luces parecía un milagro, el rockero argentino volvía a los escenarios acompañado de su amigo y con una canción que parecía una completa ironía para el momento: Demoliendo hoteles.

Ironía porque eso fue, precisamente, lo que hizo Charly en Mendoza en junio de 2008. Ese día, protagonizó un incidente de destrozos y que terminó con el músico amarrado en una camilla, despotricando contra el mundo y pidiendo una de whisky. Su a esas alturas indesmentible adicción al alcohol y las drogas lo llevó,  primero a una clínica de Mendoza, luego, a la unidad presidencial del hospital Argerich y, más tarde, al neurosiquiátrico de Parque Patricios.

Cuando le dieron el alta, Palito Ortega, el mítico cantante sesentero y ex senador por la provincia de Tucumán, apareció en su camino y le ofreció "casa y amistad".

EL MISMO CHARLY
"El asunto ya había entrado en un proceso judicial, estaba muy complicado porque era la justicia la que iba a decidir dónde iba a hacer su tratamiento. Así es que le dije a Charly que si de verdad quería curarse, mi casa estaba disponible", cuenta desde Perú el hombre que es consignado por todos al otro lado de la cordillera como el verdadero salvador del cantante, que toca el próximo viernes en Santiago (Movistar Arena, de $ 13.700 a $ 49.900 por Puntoticket).

Pero a Ortega no le interesa ese tipo de figuración: "No me siento el salvador de Charly", aclara al teléfono desde Arequipa. "Y tampoco soy el artífice de su recuperación. Sólo soy un amigo que estuvo ahí para cuando él lo necesitó".

Sin embargo, ha sido el mismo Charly el que lo ha dicho a los cuatro vientos ("si no fuera por Palito yo me estaría cortando las venas"). Pero el aludido prefiere destacar las ganas que tuvo el ex Sui Géneris de salir adelante y zafar de sus demonios: "El es un hombre muy agradecido, hipersensible, y lo que sí te puedo decir es que en algún momento me dijo que estaba en deuda de por vida conmigo. Pero no lo creo así. Lo importante es que está sano y que en Santiago van a ver al mejor Charly posible, al mismo de antes".

CIRCULO DE HIERRO
El cantante y también actor argentino nacido Ramón Bautista Ortega, que vivió su época de mayor gloria en los 60 y que hasta vivió durante un año en una capitalina pensión de Pío Nono al comienzo de su carrera, prefiere omitir los detalles íntimos del tratamiento de su amigo.

Pero admite que "por momentos fue muy duro, como siempre ocurre en este tipo de casos". Y revela, además, que él era parte de un "círculo de hierro" alrededor de Charly García, que también integraban los músicos León Gieco y Nito Mestre y el mánager del músico del bigote bicolor, Fernando Szereszevsky.

Las cosas van mejor, pero el tratamiento continúa y Ortega parece estar pendiente de que las cosas sigan por buen rumbo: "Lo que más me gustó del otro día, al terminar el concierto en Lima, fue que Charly me dijo que no íbamos a dejar de hacer lo que estábamos haciendo, en el sentido de su recuperación", cuenta un hombre desinteresado,  quien admite haber sellado un pacto de por vida con Charly.